SENTADA EN EL PARQUE.

Me sentaba en el parque cada tarde
y regaba la tierra con mis sueños,
en el silencio oscuro, entre los álamos,
tu volvías a mí desde muy lejos.
Miraba las estrellas preguntando
en cual de ellas vivías y el silencio
susurraba a mi oido, -esa que brilla,
esa es su corazón que está latiendo-.
Me sentaba y las sombras me arropaban
y yo me imaginaba que tus besos
rozaban mi mejilla y en mis manos
dejabas una lágrima y tu aliento.
Era yo quien lloraba, vida mía,
era el dolor profundo que en mi pecho
gritaba en el silencio de la noche
tu nombre hacía el confín del firmamento.
Me sentaba tan sola y silenciosa
como lo hacen las rosas en los sueños
y en mis venas manaba el dulce nectar
que podía acercarme a tu recuerdo.
Y sentía que estabas, te lo juro,
yo podía sentirte tan intenso,
mientras mis ojos ciegos se cerraban
intentando guardar su último aliento.
Me sentaba en el parque cada tarde
cuando el sol se moría allá a lo lejos,
y dejaba que el viento me meciera
trayendome tu aroma y tu reflejo.
Y mi vida escapaba de mi carne,
y mi mente volaba hacía lo eterno,
y tú volvías de nuevo y de tu mano
llegaba lentamente hasta tu cielo.
Puede que sólo fueras esa estrella
que brilla cada noche más que el resto,
pero hoy su brillo crece porque lleva
dos corazones limpios que se unieron.
Me sentaba tan sola cada tarde
hasta que decidí marcharme lejos,
marcharme a aquel lugar donde tu estabas
esperando por mí desde algún sueño.

AUSENCIA

No sabes lo que he soñado
mi niña de orejas grandes
que regresabas conmigo
cuando se muere la tarde.
Cuantas veces he rogado
a la hora de acostarme
poder sentirte a mi lado,
mi niña de orejas grandes.
Ver el brillo de tus ojos,
que volvieran a mirarme
y que tus besos llenaran
mi rostro de amor salvaje.
Escucharte cuando abría
la casa, en tu galopaje,
viniendo como una loca
felíz, para reencontrarme.
Y tus pelos en mi ropa,
y tu cuerpo acurrucarse
junto a mí, siempre que el frío
rozaba los ventanales.
No sabes cuanto he soñado
mi niña de orejas grandes
que sólo por un segundo
iba a poder abrazarte.
Y que este dolor que siento
como la bruma en el aire
desapareciese un poco
sabiendo que regresaste.
No sabes cómo te añoro
mi niña de orejas grandes.

PARA GALIA

Tu mirada me seguía por toda la casa
y hasta a veces podía escuchar un ladrido,
me senté rendida envuelta en las sombras
preguntando; amor ¿por qué te me has ido?
Nadie ahora comprende que tu eras amiga,
que eras una hija que yo no he parido,
la alegría fresca que me acompañaba
la fiel compañera que me dio sentido.
Eras a quién siempre contaba secretos
de tristezas hondas o amores prohibidos,
la que me arrancaba la sonrisa boba
con esa impaciencia que ambas compartimos.
Hoy echo de menos tenerte tumbada
junto a mí, mirando todo lo que escribo,
aquellos paseos buscando palomas
mientras me arrastrabas igual que a los niños.
Tu pereza en dias de frío y nevadas,
tus ganas eternas de jugar conmigo,
esos lametones buscando mis manos
y aquella mirada limpia en mi camino.
Hoy eres ceniza que se lleva el viento
o que guardo eterna junto a mi cariño,
eres un recuerdo grabado en mi mente
mi corazón roto y hasta mis sentidos.
No quiero olvidarte, no quiero y no puedo
porque fuiste tanto, más que lo que he sido,
me siento rendida envuelta en las sombras
preguntando; Galia, ¿por qué te me has ido?
Te quiero pequeña y espero encontrarte
en algún momento, en ese otro sitio
donde si se puede seremos eternas
y estaremos juntas cruzando caminos,
siguiendo palomas, durmiendo pegadas
y abrazadas siempre en un amor limpio. PARA GALIA,MI PERRA, MI NIÑA, MI PRINCESA Y EL SER QUE ME DIO EL AMOR MÁS PURO QUE PUEDA REGALARSE. DESCANSA EN PAZ PEQUEÑA.

REENCUENTRO

Como aquel ayer
envuelto en mañana
en el que tu risa
llenaba mis horas,
juegos en jardines
cubiertos de ramas
de las que colgaban
los sueños que añoras.
Como aquel momento
que tu piel guardaba
fresco como el río
que de tu voz. brota,
el fresco en la tarde
mientras me abrazabas
y la risa amada
jugando en mi boca.
Como los recuerdos
que el viento llevaba
y que se enterraban
entre las farolas,
los sonidos leves
de tu voz descalza
recorriendo el punto
vital de mi sombra.
Todo aquello vida
que quedó guardado
cual juguete viejo
entre las alfombras
de la casa oscura
que elevó la vida
sobre los escombros
de una vieja historia,
hoy vuelven de nuevo
a vivir la vida
que juntos forjamos
en cuerpos sin formas,
y mientras me abrazas
me bebo tu sangre
latiendo tan fuerte
como un mar de olas.
Y aquí nos fundimos
en viejos recuerdos,
en promesas viejas
de un hogar de rosas
y somos de nuevo
lo que antaño fuimos
en estos jardines
que en sus ramas lloran
por que al encontrarnos
la vida,retorna.

LA BRUMA

Se levantó la bruma desde el suelo
para arrancar su voz a los sentidos,
se levantó y fue amargo mensajero
de aquel adios carente de motivos.
En esa niebla gris tan alba y seca
que brota con aromas ya perdidos
hay gotas de dolor, de añejos besos
y de sabores fuertes y prohibidos.
Se levantó la bruma entre las zarzas,
entre los campos verdes, los olivos,
las aridas mesetas, los castaños,
las vides, los pantanos y los ríos.
Y fué llenando el mundo con sus ganas,
con su dolor de ayer ya redimido,
llenando cada espacio de secretos
que apenas se distinguen en sus nichos.
Pasará el caminante y de sus huellas
tan solo quedarán rastros tan lívidos
que la bruma al besarlos se hará dueña
de los pasos que fueron su principio.
Se levantó la bruma, reina y madre
para besar tus sueños, cielo mío.

AMANTES

El espejo refleja la mañana
que empieza a amanecer entre silencios,
la luz se despereza lentamente
lanzando al universo un sutil beso.
Y tus ojos abiertos, suplicantes,
se fijan en los poros de mi cuerpo,
y abrazando mis sueños vas y escribes
sobre mi piel cansada un nuevo verso.
La ventana nos muestra un mar oscuro
bramando entre las rocas sus secretos,
y el olor de la sal entra en la casa
pasando de puntillas por sus suelos.
Y tú de nuevo mía, te acurrucas
tras las sábanas cálidas de sexo
y con una sonrisa enamorada
dibujas en mis lábios otro verso.
Los sonidos del agua y de la tierra
forman la melodía de lo nuevo,
de un lugar donde todo empieza siempre
después de terminar en un momento.
Y allí donde el amor suena a prohibido,
a la felicidad siempre en secreto,
tú mirada se clava en mis pupilas
y pinta en mi mirada un nuevo verso,
un poema de amor sin una letra
que me llena de todo y me hace eterno.

CUANDO NOS ABRAZAMOS

Cuando nos abrazamos tu fuiste espuma, rompiendo en los recodos de mis senos. humedeciendo el fondo de mi cueva
con el sabor salado de tus besos.
Nos fundimos en uno cual aurora
que funde con la tierra el firmamento
explotando en silencios infinitos
como estrellas que mueren en el cielo.
Yo buscaba tus labios, alimento
de mis ansias calladas, de mis sueños,
tu buscabas los pliegues de mis surcos
llenándote en silencio de mi cuerpo.
Cuando nos abrazamos explotamos,
en extasis dormidos, en silencios,
el culmen a un amor de tan prohibido,
tan ansioso de hayarse y poseernos.
Cuando nos abrazamos no hubo mundo,
ni personas ajenas, solo infiernos
que sedientos de todo repetian
entrelazando el alma entre los dedos.
Y estalló la tormenta entre la calma
para fundirnos juntos y de nuevo
estallar yo en tu vientre, tu en el mío
y sentir el milagro de querernos.