LA BRUMA

Se levantó la bruma desde el suelo
para arrancar su voz a los sentidos,
se levantó y fue amargo mensajero
de aquel adios carente de motivos.
En esa niebla gris tan alba y seca
que brota con aromas ya perdidos
hay gotas de dolor, de añejos besos
y de sabores fuertes y prohibidos.
Se levantó la bruma entre las zarzas,
entre los campos verdes, los olivos,
las aridas mesetas, los castaños,
las vides, los pantanos y los ríos.
Y fué llenando el mundo con sus ganas,
con su dolor de ayer ya redimido,
llenando cada espacio de secretos
que apenas se distinguen en sus nichos.
Pasará el caminante y de sus huellas
tan solo quedarán rastros tan lívidos
que la bruma al besarlos se hará dueña
de los pasos que fueron su principio.
Se levantó la bruma, reina y madre
para besar tus sueños, cielo mío.