NO ES LO MISMO

Nos abrazamos igual que las tormentas
en las bocas profundas del abismo.
Como espadas, espejos y siluetas...
no es lo mismo, mi amor, ya no es lo mismo.

No es lo mismo que al son de las trompetas
Jericó se vuelva un espejismo,
que se nublen los cielos en sus olas
y se escapen demonios insumisos.

Al romperse sangrando los recuerdos,
aquelarres de noches que han parido
hijos fruto de miedos y rechazos,
no es lo mismo, mi amor, ya no es lo mismo.

Todo es negro y envuelto en sus pasiones
descompone sus sueños ya dormidos,
carne hueca, amor sin sentimientos,
corazones clavados en sus limbos.

Nos abrazamos, sí, en este vacío,
que llenamos de llantos y es el frío
quién abraza los huesos descompuestos
para gritar al fin que no es lo mismo.

Porque aquí donde duermen nuestros cuerpos
no es lo mismo, mi amor, ya no es lo mismo.