AQUELLO QUE NOS QUEDA

Nos queda en el espacio este vacio
que arranca las entrañas con su pena,
nos quedan de las flores los aromas,
nos quedan de las nubes, las esencias.

Del fuego del poniente, el color rojo,
que abrasa en la distancia cada instante,
las sombras que reflejan las paredes
imagenes abstractas como amantes.

Nos queda del azucar de los besos
el dulce refulgir de los recuerdos,
lo amargo de tu piel envuelta en gotas
después de cada instante de querernos.

Y allá en los recovecos de la dicha
nos quedan puñaladas que se abren,
la  carne que se agrieta, de la herida
la fuerza misteriosa de la sangre.

Nos quedan solamente unos segundos,
el tiempo que se aleja y en el aire
dibuja tu contorno, pues nos quedan
recuerdos, sueños, días y verdades,
verdades que aunque fueron, nunca han sido,
pues fueron mensajeras sin mensajes.