A veces ocurren cosas extrañas.
Puede que a todos nos ocurran esas cosas alguna vez, y no sepamos el motivo.
Y son cosas que muchas veces no entendemos o pueden superarnos.
Yo he empezado un trabajo nuevo, de alguna manera una vida nueva y estoy contenta con mi trabajo y con esta etapa que he empezado.
Pero al mismo tiempo soy una persona que lleva mucho tiempo sola, aunque no le guste, aunque algunas veces le pese mucho.
La cuestión es que he conocido a alguién en mi trabajo.
Y no es que me haya enamorado como una colegiala, pero reconozco que me gusta.
No es guapo, no es un superhombre, más bien está gordito y carece de un atractivo especial, pero creo que desde el primer dia me sentí atraida por su caracter, por su buen humor y por su manera de reirse y bromear continuamente.
Y ahora no me siento bién; porque tengo cuarenta y un años y no tengo edad de tonterias; porque cuando estamos juntos trabajando no puedo evitar mirarle y me da pánico que se de cuenta de lo que está pasando; porque se que no debería pensar en él ni hacerle demasiado caso, pero no puedo evitarlo.
Es gracioso, pero tiene mucha manía de llamarme cielo o de sentarse a mi lado y cojerme del brazo mientras me habla, y yo, como una estúpida no puedo evitar que me guste esa sensación porque hace demasiado tiempo que nadie era así de dulce conmigo, aún sabiendo que el seguramente no se da cuenta de que existo más de lo que se da cuenta de que existe cualquier otra compañera o compañero de trabajo.
He llegado a sentirme ridícula porque creo que si se pudiera mirar a través de mí todo el mundo se daría cuenta de que la persona que para todos es el más feo del trabajo, para mí tiene algo especial e incluso me he planteado, si esto sigue así ,dejarlo antes de hacerme daño y de que todo el mundo se de cuenta y empiecen los comentarios.
Pero confieso algo, hace mucho que nadie hacía que me sintiera así y por un lado si me encuentro mal es porque sé que los sueños imposibles siguen llenando mi vida, que tal vez en el fondo todavía no he aprendido la lección y lo que es peor, sé que volveré a pasarlo mal porque por desgracia yo soy una persona demasiado emotiva, de esas personas a las que cuando alguién les entra por los ojos les entra hasta el fondo, pero que no le entra por los ojos a los demás.
Pensaba que había encontrado la tranquilidad y de nuevo vuelvo a perderme por no ser capaz de ser dura como una roca o por no ser capaz de no soñar e imaginar que cuando me mira tal vez sea porque me ha visto como yo le he visto a él, o por no dejar de soñar que un dia, algo así puede llegar a ser posible.

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