lunes, 11 de febrero de 2008

A cara o cruz

La verdad es que es el título de una canción de Ricardo Arjona.
Pero tiene mucho de real, de la realidad que nos rodea a cada uno de nosotros a diario.
Porque muchas veces cuando tenemos que tomar decisiones solemos buscar las dos caras de la moneda y muchas veces elejimos simplemente a cara o cruz.
Tal vez no en las cosas más importantes, pero sí en esas a las que no les damos demasiada importancia y que luego pueden llegar a ser fundamentales.
Nos guiamos por intuiciones, por nuestros gustos, por el consejo de los demás,por lo que creemos que está bién en un momento determinado.
Pero sin darnos cuenta pocas veces somos realmente racionales.
Pocas veces nos sentamos y con calma meditamos las cosas sopesándolas sin prisas.
Yo algunas veces lo pienso.
En mi vida he tenido que tomar decisiones duras, y en el momento que tuve que hacerlo opté por aquello que creía era mejor, por escuchar a la gente que estaba a mi lado y seguir sus consejos,por romper con aquello que nos estaba haciendo daño.
Pero hoy, aunque no puedo decir que me arrepienta, me pregunto que hubiera pasado si hubiera elejido la otra cara de la moneda, si hubiera optado por aguantar.
Sé que seguramente mis hijas vivirian de una manera más cómoda de lo que lo hacen.
Que tendrían muchas cosas que yo no puedo darles.
Y no sé en algunos momentos si actué de forma egoista y antepuse mis deseos a sus necesidades.
Yo estoy segura de que mis hijas son felices y de que ellas prefieren vivir así que como vivian antes, pero por otro lado sé que el tomar ciertas decisiones conlleva pérdidas y sacrificios también muy duros.
Siempre me digo que hice lo mejor para ellas y lo mejor para mí, pero también es cierto que ellas creceran y tal vez llegue un momento en que se den cuenta realmente que todo en esta vida tiene un precio, y que ellas pueden pensar que el precio fué demasiado alto.
No sé cuales serán sus prioridades dentro de unos años.
Y me preocupa que un dia no puedan entenderme.
Que no entiendan porqué renunciamos a una buena vida a cambio de una libertad cara muchas veces.
Espero sinceramente que no cambie su forma de ser y que no piensen que es más importante lo material que la felicidad que da el vivir tranquilo, seguro y unido.
Pero reconozco que muchas veces me preocupa cual será en el futuro su percepción del mundo y su manera de pensar, o cuales llegarán a ser sus valores porque un dia tal vez no coincidan con los mios.

No hay comentarios:

Datos personales

Seguidores