lunes, 12 de noviembre de 2007

la perfección de lo imperfecto

Creo que ahí radica la verdadera belleza.
La verdadera esencia de las cosas.
En encontrar la perfección de lo que a simple vista no la tiene.
En ser capaces de no dejarnos llevar por los estereotipos, por los canones que nos han sido entregados en una obligatoria maniobra de pluralidad, y encontrar lo bello donde realmente está.
Y la belleza no está en lo superficial, no está en aquello que vemos a simple vista.
La verdadera belleza es aquella que se esconde; es aquella que tenemos que ser capaces de descubrir, que tenemos que ser capaces de adivinar.
Porque si la belleza estuviera en lo exterior, en lo que se percibe a simple vista, sería demasiado simple.
Y lo verdaderamente bello no es simple.
Por eso juega y se regodea sometiendonos a mil pruebas.....
Por eso nos intuye y quiere que le demostremos que somos capaces de apreciarla en lo que realmente vale.
Y por eso solo se nos muestra cuando sabe que realmente somos merecedores de compartir con ella una parte de ella misma.
Y tal vez lo imperfecto sea muchas veces lo realmente hermoso.
Porque está cargado de dulzura, porque está cargado de bondad, porque está cargado de sencillez, y porque seguramente no presume de lo que es, sino que simplemente lo vive.
Tal vez si fueramos capaces de pararnos a buscar realmente, descubririamos que aquello que no nos llama la atención a primera vista, aquello en lo que no nos fijariamos normalmente, lo que nos hace reir o llorar, lo que nos provoca extrañeza....eso es realmente hermoso.
Pero debemos pararnos, debemos mirar con los ojos de nuestra alma y debemos confiar.
Entonces encontraremos la verdadera perfección.
Tal vez no la perfección de los rasgos, de los cuerpos, de los seres pintados de belleza absurda que parecen sacados de una cadena de montaje y se dejan llevar por los mismos ritmos en un blues sin compás.
Pero si la perfección de lo que realmente es perfecto, de lo que no sobresale, de lo que muchas veces se esconde porque no le gusta lo que ve, o como es, o porque se siente fuera de lugar en un mundo de estereotipos, pero que en el fondo es realmente bello, es realmente perfecto.
La pena es que en este mundo la mayoria de nosotros no tenemos tiempo, ganas ni capacidad para descubrir lo que merece la pena, y preferimos dejarnos llevar.
Somos incapaces de tener un criterio propio, y dejamos que otros nos digan lo que debe gustarnos, lo que debe satisfacernos o lo que debemos aceptar como hermoso dentro de unos rasgos, de unos tipos determinados.
Pero alguna vez, por un pequeño milagro, algunos de nosotros podemos tener la suerte de conocer lo que es realmente bello, de descubrir algo que nos llena, que nos hace sentir, y latir, y vivir, y darnos cuenta de que estamos vivos.
Tal vez otros no se den cuenta, tal vez para otros lo que nosotros consideramos hermoso sea imperfecto, o simplemente tenga fallos que no pueden aceptar....pero entonces podemos decir que tenemos suerte, porque nosotros si disfrutamos con lo real.
No solo con lo que se vé, no solo con lo que se nota cuando echas un primer vistazo, sino con aquello que permanece oculto para la mayoría.
Y aún en el caso de que sepamos que aquello que deseamos nunca será verdaderamente nuestro, que nunca nos será dado, que permanecerá siempre detrás de un muro infranqueable, aún en ese caso, tendremos la dicha de haber sentido lo que otros nunca llegaran a sentir, y de saber que lo bello, lo bueno, realmente existe y nosotros hemos podido soñarlo.
Tal vez la perfección simplemente está en aquellos que han tenido la suerte de nacer perfectos, aunque por fuera no sean más que imperfectos seres para una sociedad demasiado imperfecta en sí misma para reconocer sus propias imperfecciones.
Tal vez la suerte está en que la belleza se asome y nos deje verla aunque solo sea un instante.

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