domingo, 28 de octubre de 2007

la flor

Hoy me han regalado una flor.
Es curioso que a mí ni siquiera me gustan las flores, y sin embargo me han regalado una y me ha hecho mucha ilusión.
Pero a pesar de toda la ilusión que me ha hecho, no puedo dejar de pensar que es una perdida terrible, porque a fín de cuentas dentro de unos dias solo quedará de ella un reflejo mustio y sin aroma metido en un jarrón, los restos de algo que fué hermoso y por querer atraparlo lo condenamos a morir antes de tiempo.
A mí no me gustan las cosas que se pierden; me gustan las cosas eternas.
Como esa flor, que durará solo unos dias antes de marchitarse, si hubiese estado dibujada en un papel simplemente, se podría haber convertido en algo eterno.
Por eso me gustan los libros, y los cuadros, y la escultura....porque podemos darles la gracia de la eternidad.
Me gusta pensar que hay cosas que duran eternamente, de la misma forma que no me gustan las cosas que sé que están condenadas a perecer en poco tiempo.
Pero supongo que es bonito que te regalen una flor, aunque solo sea por lo que significa, por el sentimiento que encierra ese pequeño regalo.
Y puede que la flor no sea eterna, pero tal vez el mensaje que trae si lo sea, y esa sea su función: morir en un momento para dejarnos un sentimiento eterno.
Realmente puede que las cosas en sí no tengan excesivo valor, que el valor esté en aquello que nos trasmiten, y que cada cosa sea simplemente un vehículo para transportarnos algo mas grande que de otro modo no podriamos entender.
Creo que mirandola me doy cuenta del valor que tiene.
Porque a mí realmente no me gustan las flores, ni las plantas, no soy una persona con una maceta en la ventana o un precioso ficus en el salón.
Pero al mirarla veo la cara de mi hija cuando ha llegado a casa con ella y me doy cuenta de que para mi niña lo importante no era esa flor, sino lo que quería decirme, y creo que lo hubiera hecho igual si me hubiera regalado un cromo o el palo de un chupachups.
Creo que lo importante era decirme que me quiere, como yo la quiero a ella....y eso es eterno.
Puede que a mí no me gusten las flores; pero está me gusta y cuando se marchite la guardaré en un libro para poder darle un sueño de eternidad, una vida que perderá pero ganará al mismo tiempo, eternamente, en los ojos de mi hija.

No hay comentarios:

Datos personales

Seguidores