Un amigo me dijo una vez que en esta vida cada uno debe mirar por sí mismo, incluso si tiene que ser pasando por encima de los demás,pero que lo importante es conseguir la propia felicidad....yo me pregunto hasta que punto es eso cierto,si realmente podemos ser felices si no somos capaces de hacer felices a otros.
Pero también me pregunto si cuanto más intentamos hacer felices a otros, sin querer, tal vez, puede que les estemos haciendo daño, por que no les damos lo que ellos realmente quieren,sino lo que en el fondo nosotros buscamos.
Supongo que la vida podía ser muy facil, pero nosotros la complicamos más de lo que realmente deberíamos con esos deseos de alcanzar un estado perfecto de equilibrio entre nuestros sueños y nuestras realidades.
Y tal vez ni siquiera aceptamos que hay cosas que deben ser nuestras perpetuas compañeras,y que son parte de nosotros mismos....el silencio, la soledad, la angustia, el miedo.
Porque son parte de la vida como lo son el calor, la felicidad, la compañía.
Seguramente nunca comeriamos si no tuvieramos hambre, ni dormiriamos si no tuvieramos sueño....del mismo modo, no podriamos disfrutar de cada momento dulce si no hubiera uno amargo, de cada beso sin un rechazo anterior, de cada palabra sin un silencio incómodo.
Entonces...¿porqué somos incapaces de controlar cada cosa que no nos gusta como controlamos todas aquellas que nos hacen felices?, ¿porqué no afrontamos cada momento amargo de la misma manera que cojemos los momentos buenos y les hacemos una cuna en nuestro corazón para arrullarlos eternamente como parte de nuestra memoria?
Puede que sea que las cosas dulces pasan demasiado rapidamente por nuestra existencia, mientras las cosas que más nos dañan parecen instalarse eternamente en nosotros y condenarnos a estar continuamente sufriendolas.
Es la locura de los débiles....o la cordura de los que no saben realmente hacia donde caminan, y eso es algo que no sabe nadie....nadie sabe hacia donde camina y por ese motivo aferrarse a algo puede ser lo más destructivo que tiene cada ser humano, porque algo es nada y todo al final desaparece, como desaparecen los dias en un calendario o las horas en las manecillas de un reloj.
Y yo, a pesar de todo, sigo aferrada a un sueño.
Y lo hago con tanta fuerza que me duele el alma de intentar realizarlo,aunque en el fondo sé, que realizar mi sueño no depende de mí, sino de otra persona, y que ahora debo esperar que sus momentos felices no se tornen amargos o más bien que tal vez sus momentos amargos vuelvan a llevarlo al lugar que un dia compartió conmigo.
Pero me temo, que por mucho que yo espere, su camino de vuelta no está trazado paralelo al mio, y que aunque los dos sigamos caminando nunca lo haremos en la misma dirección porque el destino tal vez ha decidido que al menos en esta vida no debemos volver a encontrarnos.
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