Deja que el tiempo corra,
deja que llore,
abrazado a la ausencia
y al olvido,
deja que pase lento
que cuando pasa
arrastra la tristeza
en su camino.
No hay nada en este mundo
más ingrato
que el tiempo que se escapa
adormecido,
tu pelo cambia a nieve
y en tu rostro
los surcos del esfuerzo
se hacen himnos.
Empiezan a pesarte los momentos,
los recuerdos se evaden
y el destino
es solo una ruleta que da vueltas
sin un premio final a lo vivido.
Deja que pase el tiempo
que se muera,
como mueren los pasos
que ya dimos,
mirandote al espejo
podrás verte,
más sabio, más completo
y más curtido.
Y un día te darás cuenta que todo
es suma de lo que ya hemos vivido,
el tiempo se hace joven cada instante,
nosotros ya más viejos le seguimos
y llegará un momento que en un sueño
el tiempo nos envuelva con cariño.
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