PARA MI ABUELO

Miré el paisaje y encontré silencio
sobre el verde mojado de la hierba,
los castaños dormidos me gritaban
y la fuente manaba indiferencia.
Estaba el pueblo gris, de tanto tiempo,
esperando que un dia tu volvieras,
las calles silenciosas y en el parque
tan solo entre las sombras tu silueta.
Y ese aroma de ayer a pipa y vino,
ese aroma del pan y la madera,
se perdieron buscando en mis recuerdos
sin saber escapar de mi cabeza.
Estaba en nuestra casa adormecida
muriendo sin cariño hasta la huerta,
mientras rugiendo el viento se adueñaba
del doliente dolor de la bodega.
Miré el paisaje y encontré silencio,
entre el ayer de esta Galicia nuestra,
tus pasos ya no suenan en la plaza
y en el Toral de tí nada se acuerda.
Pero sigues aquí, de alguna forma,
en los Irrios, Trascastro y A Veleda,
bajando a San Amaro cada dia,
mirando la Tapada en su indolencia.
Sigues llenando todo aún sin tenerte
porque dejastes viva tu presencia,
y al pensarte, de pronto, solo escucho,
sonando las campanas de la iglesia.
Miré el paisaje y encontré silencio
mientras todo camina y se renueva,
y pensé en un instante que vacio
nos deja quién amamos si se aleja.