En tantas noches
de soledad callada,
tu voz, mi compañía,
eres como ese amor
que no se ama,
un sueño,
una utopía,
el compañero fiel
que espera siempre,
y está si se le invita,
pero estará también
si no le llamas
brindándote sonrisas.
Me he dormido
mil veces escuchando
tu voz, esa caricia
de suaves sentimientos
encerrados
entre notas dormidas,
y he sentido susurros
que son míos
porque me los dedicas
aún sin saberlo tu,
que no hace falta
saber, para que existan.
Tu música es mi fuerza
tus palabras,
son siempre mi alegría,
la esperanza que un día
hace ya tiempo
pareció estar perdida,
y gracias a tus letras
y a tu alma
a veces sigo viva,
tu música, la música,
es mi templo,
tu voz
es mi sonrisa.
Te escucho y escuchando
siento dentro
lo hermoso,
la poesía...
No hay comentarios:
Publicar un comentario