Flores pequeñas
con pequeños ritos,
dejan que sus colores
pinten la noche,
bailan a las estrellas
y alumbran los caminos,
llenando los silencios
de ruidosos olores.
Pequeñas mensajeras
de fiestas en caminos,
de embrujos de gitanas
y anhelos sin reproches,
se visten de princesas
y peinan sus vestidos
con piedras y con hierba
en nudos de faroles.
Flores de agua
con sabor de espuma,
pies descalzos al viento
y tiempos sin relojes,
gritandole a los vientos,
gimiendo las ausencias,
pariendo entre los juncos
los hijos de esas flores.
Y allá sobre la arena
dibujos de cometas,
el fuego de una aurora
y el eco de unas voces,
flores de fiesta
gitanas bulliciosas,
y altaneros augurios
que mueren en la noche.
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