martes, 27 de abril de 2021

A MI PADRE


Y quisiste volar una mañana,
sin alas,sin destino, en el silencio,
dejando tus zapatos en la entrada
y la comida lista sobre el fuego.
Envolviste en recuerdos tu memoria
como leve equipaje hacia tu cielo,
porque aún sin saberlo, ya sabías,
que te había llegado tu momento.
¡Que fragil es el tiempo cuando pasa
al mismo tiempo rápido que lento,
dejando de sus huellas aún dormidas
retazos misteriosos en el cuerpo!
Saliste esa mañana, como siempre,
te diste aquel, tu último paseo,
pensaste como piensa el que no sabe
que el día que llegaba era algo bello.
E hiciste planes, cambios y llamadas
igual que cualquier día, porque el miedo
se estaba ya gestando en tus entrañas
y tu solo escuchabas su silencio.
Decidiste volar una mañana
allá donde no llegan los deseos,
a un lugar en que solo te dan cita
cuando aquí nada puede retenernos.
Puede que no estuvieras preparado
para emprender el viaje hacia lo eterno,
pero una voz amada te llamaba
desde un rincón azul del universo.
Una voz por la cual dejaste todo
sin pensar, sin dudar y hasta sin miedo,
tus zapatos cansados en la entrada
y tu comida lista...sobre el fuego.

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