En los mismos rincones del infierno
Cancerbero espera silencioso,
en los mismos rincones de mi infierno
su barca me traslada hasta tus ojos.
Hasta el fuego voraz de tu pupila
y los besos de hielo y mentirosos
donde busco el amarre para el alma
que vagando se rompe entre sus troncos.
En los mismos rincones del infierno,
de mi infierno, callado y tenebroso,
he abrasado mis sueños de pecados
tras la máscara oscura de tu rostro.
Quiero un cielo soñado que no existe
y una senda que escape de mis odios,
pero odiarte es quererte y entregarse
a este infierno que abrazo y en que lloro.
Tú el castigo por todo lo que he sido,
Tú el tormento que torna mis despojos
en pedazos de un alma que te anhela
aún sabiendo que muere en cada soplo.
Son los vientos del agua del abismo
de este infierno plagado de demonios
los que arrastran sin ley mi alma a tu lado
y condenan la vida que yo añoro.
En los mismo rincones del infierno
tu voz susurra seca y yo te adoro,
condenada por siempre a enamorarme
de cantos de sirenas silenciosos.
Como Ulises, tentado ante Sicilia
yo me agarro al mástil recio y lloro
porque sé que por mucho que lo intente
de este infierno no saldré victorioso,
que mi barco me empuja irremediable
al pecado prohibido de tus ojos.
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