No somos parte del mundo
ni somo parte de nada,
el mundo nos dio un abrazo
lejos de la madrugada
y como un judas cualquiera
nos dejó con nuestra carga.
No somos simples poetas
somos hijos de las aguas
de la angustia de la noche
y el silencio de las almas
de aquello que no parimos
pero lo parío esta nada.
No somos lo que no fuimos
y fuimos sin serlo, calma,
sonrisas en sí fugaces
y recuerdos de batallas
que luchamos y morimos
que morimos derrotadas.
No somos porque ya nadie
recuerda nuestras palabras,
volaron como se vuelan
de los árboles las ramas,
no somos pero seremos
frutos de un amargo drama
que solo conocen seres
que perdieron la esperanza.
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