Han querido matarnuestras caricias,
han querido prohibir
nuestros abrazos,
que el murmullo feliz
de nuestros besos
en sus vidas será
siempre un escándalo.
Amo el tacto sutil
de tus mejillas,
de tus pechos oscuros
el contacto,
el olor que se extiende
entre tus piernas,
el recóndito infierno
de tus lábios.
Amo verte mirarme
así, a escondidas,
sentir como recorres
cada palmo
de mi vientre
henchido de deseo
mientras clama lloroso
tu contacto.
¿Son las normas más fuertes
que la vida?
¿son sus reglas capaces
de pararnos?
que susurren amor
que ya no importa
lo que piensen
si no ha de hacernos daño.
Dos mujeres amándose
en silencio
son dos cuerpos benditos
y sagrados,
entregados en el amor
al otro
como fruto de un pequeño
milagro,
¡Si hay hipócritas que piensan
que no es lícito
que se busquen la huella
en sus pecados!

No hay comentarios:
Publicar un comentario