
aquella historia
escrita entre el murmullo
de los besos,
fuimos por un instante
una aventura,
fundida en el arrullo
de dos cuerpos.
En una sola piel
una mañana
tuvimos del amor
todo lo incierto,
en un solo suspiro
respiramos
los dos el mismo aire
al mismo tiempo.
Nos quedamos dormidos
en los brazos
oscuros y calientes
de morfeo,
palpitando al unisono
la sangre
de un mismo corazón
entre dos pechos.
Fuimos por un momento
personajes
de una historia de amor,
de un mismo cuento,
quizás la moraleja
es que la vida
puede romper en trozos
tantos sueños,
y acabar una historia
sin epílogo
igual que escribió
el prólogo, del verso.
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