Me miro al espejo....
no puedo verme...
no estoy...
Busco el ángulo de mi cara,
mis ojos,
mis manos en movimiento
recorriendo cada espacio,
pero no hay nada.
Estas tu...
no te veo, te intuyo,
rodeado de nubes blancas
allá a lo lejos.
Se que me miras.
Se que es tu imagen
la que me mira desde el otro lado.
Por un momento quiero ser perfecta,
quiero encontrarme,
quiero que mi rostro me mire
por una vez de frente.
Pero no consigo encontrarme...
El espejo se ríe....
se ríe de mí, de mi inocencia.
Porque yo no estoy allí,
porque yo no ocupo espacio,
porque soy incapaz de reflejarme.
Reflejo lo que deseo,
reflejo lo que amo,
reflejo lo que anhelo...
Y no soy yo, eres tu,
pero no eres ni tan siquiera...
te diluyes lentamente
y a través del espejo
mana tu aroma extendido.
Extiendo una mano,
quiero tocarte, quiero tocarme,
pero es imposible,
cierro los ojos y no estás,
ni siquiera hay un espejo,
es mi mente...
se ha dormido,
se ha dormido a tu lado
como una imagen rota
perdida en un deseo
que abrasa
mas allá de lo posible,
más allá de nosotros.
Me miro en el espejo
¿que espejo?
el espejo del alma, quizas,
el espejo que no existe.
1 comentario:
"Extiendo una mano,
quiero tocarte, quiero tocarme,
pero es imposible,
cierro los ojos y no estás..."
los abro y tampoco....
no me hace falta empatizar, es que describes lo que me pasa
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