Hoy a vuelto a llover aquí.
A mí me gusta la lluvia. Odio el calor o el frio excesivo, pero la lluvia tiene para mí un algo mágico que hace que me sienta atraida por ella.
Cuando llueve parece que el suelo, el aire, todo, tiene un color diferente.
La lluvia me trae olores queridos que no puedo oler aquí; recuerdos de tantas cosas que no puedo sentir ya pero que forman parte de mí misma.
Puede que sea el sonido, o tal vez la falta de el.
Cuando llueve las calles se vacian y uno puede escucharse a sí mismo.
La gente corre, la poca gente que te encuentras camina más deprisa y entonces es cuando a mí me apetece ir mas despacio.
Supongo que cuando camino por la calle en dias como hoy me siento más viva.
No me importa mojarme, no me importa caminar sola, al revés, quiero hacerlo, porque esas sensaciones que me traen estos dias son distintas.
Dicen que la lluvia tiene un algo romántico, un algo nostálgico.
Para mí los dias de lluvia tienen mágia.
Siempre le digo a mí hija que cuando llueve es porque los ángeles lloran, y lloran porque aquí abajo estamos haciendo algo que no está bién.
Yo no creo en los ángeles. No creo en esos niños alados y de preciosos rizos que nos miran desde los cuadros de Rafael, Miguel Angel o Botticelli, pero creo en ese cielo que de vez en cuando nos regala un poco de pureza, de frescura y nos deja disfrutar de aquello que nos gusta y saborearlo lentamente mientras va cubriendo todo nuestro cuerpo.
De nuevo hoy a vuelto a llover aquí.
Y hoy de nuevo he vuelto a experimentar esa sensación de ser todavía una parte de algo mientras andando lentamente me dirijía a mí casa.

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