Ser distintos de alguna manera

Estas fiestas de Semana Santa me he quedado sola.
Mis hijas se han marchado a pasarlas fuera ,cosa lógica en crias que crecen y empiezan a vivir su vida y que en estos momentos han preferido irse con unos amigos y sus hijos al pueblo y disfrutar de estos dias de libertad.
Supongo que podia haberlas dicho que no iban, pero hay una parte de mí que cree que tienen que disfrutar su tiempo y las oportunidades que se les presentan, así que me tragué la angustía que me producia pasar sola los dias de fiesta y las despedí con mi mejor sonrisa y unos besos enormes que para eso soy la madre pesada.
Todos estos dias, cuando le decía a la gente que conozco que iban a marcharse, solo escuchaba cosas como: que suerte, lo que vas a descansar estos dias sola; así tienes tiempo para estar sin niñas y divertirte; lo tranquila que te vas a quedar.....
!Pues no!, ni me he quedado tranquila, ni estoy descansando, ni nada.
La verdad es que las echo mucho de menos y la casa se me cae encima.
Puede que sea la consecuencia lógica de tener una vida dedicada al trabajo y a ellas; que cuando no están ya no sabes que hacer.
Te acostumbras a una rutina, a ser la madre, la enfermera, la que les ayuda en los estudios, y con eso llenas tu tiempo siempre, así que ahora lo que me sobra es tiempo, un tiempo que pasa muy despacio.
La verdad es que como no trabajo estos dias y ellas se han ido me paso muchos ratos jugando al tetris.
Enciendo el ordenador y me pongo a jugar una partida detrás de otra hasta que me canso de perder siempre con la estupida máquina que no habla pero que juega al tetris mejor que yo, y ya no sé que hacer.
Hoy pensaba ir a dar una vuelta pero luego me he dicho ¿donde?.
No hace muy malo pero tampoco está el dia para pasear y la verdad es que dar vueltas yo sola por ahí no me resulta de lo más apetecible.
Creo que daría cualquier cosa por subirme a los columpios del parque y aburrirme como una mona mientras mis dos hijas pequeñas se olvidan de que estoy sentada en el banco de enfrente, o por discutir con la mayor por sus salidas y entradas de casa.
Y la realidad es que ahora aquí, me he dado cuenta de que estos dias de pronto estoy apática, no me apetece hablar con nadie, ni salir, ni saber nada del mundo.
Solo quiero que llegue el domingo, que vuelvan mis enanas y volver a la rutina.
Porque estoy convencida de que como a mí si hay algo que no me gusta es estar sola, pues el destino me dice eso de:"no quieres sopa, pues toma dos tazas".
Que al final resulta que por mí misma no tengo vida. Que mi vida es trabajar y cuidar de mis chicas y si no tengo que hacerlo ya no sé hacer nada.
Pero supongo que esto pasará cada vez más a menudo y me queda el consuelo de que ellas están disfrutando como locas de un sitio nuevo, de amigos nuevos y de esta especie de miniaventura que durante unos dias les ha dado la oportunidad de dar un cambio a la rutina y experimentar.
Creo que luego, las llamaré, les diré que las echo de menos y pensaré que gracias a Dios, al menos ellas, están tranquilas, se divierten y de alguna forma están descansando.