Nos proponemos seguir adelante.
Nos proponemos vivir a pesar de todo.
Pero somos incapaces de deshacernos de ese agujero negro que habita en nuestra alma.
Ese profundo pozo de nada que rompe cada uno de nuestros instantes.
Queremos amar, queremos soñar, queremos escuchar de nuevo un te quiero, y nos volvemos sordos a cualquier cosa que sea un simple simulacro de aquello que queremos.
Estamos presos de nuestro pasado y somos libres para empezar de nuevo, pero nuestra libertad es una dama de luto llorando por ese pasado perdido.
Miramos unos ojos y vemos otros.
Oimos una risa, y es otra la que rie en unos labios extraños.
Por la noche, el simple roze de la sábana nos deja la sensación de una piel perdida.
Y nos damos cuenta de que somos nosotros; son nuestras manos, nuestros ojos, nuestra manera de andar, de hablar, de pensar, de reaccionar.
Pero hemos perdido algo: nuestra manera de sentir.
Estamos porque tenemos que estar; porque como diria Arjona nos levantamos, tenemos un carnet de identidad, porque el médico nos dice que estamos vivos.
Pero en el fondo sabemos que ya no estamos. Que perdimos.
Que somos un triste vacio vagando sin rumbo y sin meta.
Puede que queramos, puede que soñemos, puede que deseemos más que nada encontrar un nuevo rumbo para darle a nuestra vida un sentido y una razón de ser.
Pero como ese ciprés que se levanta eterno en un cementerio, vigilando las tumbas silenciosas de los que fueron un dia y hoy son aire, así nosotros estamos condenados a permanecer por siempre erguidos, siendo la compañía y la guarda del amor perdido y muerto, mientras esperamos que un dia se levante de su tumba.
Así lo estamos porque un dia decidimos ser otros ojos, ser otra boca, ser otro cuerpo, ser otra alma, y prometimos que siempre, a pesar de todo, seriamos solo una parte de ese otro yo que tanto amamos.
Pero al final nos queda, me queda, la parte muerta de mí que ya no siente y que vive junto a aquella que sueña con sentir en algún momento, tal vez cuando mi propio yo me levante este castigo o este sueño, que he querido vivir voluntariamente.
Y aún así frente a lo oscuro queda lo bello, queda lo que dejo de bueno aquello que tuvimos y gozamos, queda algo que nunca podrá repetirse jamas, queda solo amor.....pero un amor con mayúsculas.
2 comentarios:
Hey Laura,
Voy a 1.000, sólo unas letras para mandarte un abrazo muy fuerte desde Holanda. A tus princesas también.
Ale
Un abrazo para vosotras también y que disfruteis de estas fiestas (imagino que en Holanda también se celebrarán como aquí)
Besos Ale
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