Ayer estuve hablando con uno de mis amigos, el cual además de alegrarse por ver como ultimamente estoy de bién, me dio una lección de amistad en grado sumo dejándome ciertas cosas bien claritas.
Porque aunque una esté mejor no quiere decir que todo sea estupendo, pero como el dice mi defecto es que yo no sé asumir las cosas ni muchas veces reconocerlas, y me agarro a todo como si fuera lo único en el mundo negándome a soltarme cuando veo que se hunde para no arrastrarme yo a la vez.
Según sus palabras, si reconociera muchas veces que las cosas son de una manera determinada, que en la vida hay situaciones duras que debemos superar y aprender a vivir con ellas o que simplemente no siempre se puede esperar lo imposible, entonces, sería cuando empezaría a vivir de nuevo.
Así que hoy le voy ha hacer caso y por eso mismo he decidido reconocerlo.
Y confesar muchas cosas que no he querido ver hasta este momento.
Confieso que me enamoré. Que me enamoré como una boba de un ser maravilloso que un dia salió de un sueño y que nunca va a volver porque se marchó a vivir otro sueño en un lugar donde todo es mejor o al menos diferente.
Y confieso que sigo enamorada y que algún dia, cuando sea mayor, seguramente me convertiré en una abuela solitaria que pasará sus dias recordando la sonrisa más maravillosa que a nadie le regalaron nunca.
Y confieso que muchas veces me he dejado derrotar por la enfermedad de mis hijas en vez de luchar junto a ellas y ayudarlas a pasar sus malos momentos con la misma fortaleza que ellas demuestran, pero especialmente que algunas veces me he quejado mucho por como están sin darme cuenta de que a pesar de todo mis hijas son unos seres maravillosos y unas auténticas campeonas.
Y confieso que me he cabreado por no tener dinero cuando llega mitad de mes y se acumulan las facturas en vez de ver que la gente a la que le importo, que mis hijas, valoran mucho los esfuerzos que hago y nunca se han quejado por esa falta económica ni me han dejado de querer por ello.
Confieso que me he sentido sola cuando realmente he tenido y tengo mucha gente a mi alrededor que siempre me han apoyado.
Que muchas veces no he sabido sonreir cuando tenía miles de motivos para hacerlo.
Que me da pánico empezar de nuevo; dejar de tomarme mis puñeteras pastillas o mirar al futuro y no saber si mañana podremos seguir saliendo adelante.
Pero por encima de todo confieso que no he sabido apreciar el cariño de tanta y tanta gente que caminan a mi lado y que siempre me han apoyado, porque estaba demasiado ocupada mirando lo que me faltaba en vez de lo que tenía.
Mi amigo tiene razón. Tal vez si empiezo a reconocer todo aquello en lo que he fallado, incluso en lo que me he fallado a mí misma, pongo los pies en la tierra y dejo de soñar con cosas imposibles, entonces será cuando realmente podré empezar a vivir de nuevo.
Y mi primer paso es reconocer que muchas veces me he equivocado, porque no ha sido la vida muy justa conmigo, pero yo tampoco he sabido buscar en ella esas pocas pequeñas cosas maravillosas que sí me ha dejado.
5 comentarios:
Laura.
Tu amigo tiene razón, has de reconocer las cosas y seguir para adelante, valorándolas en su justa medida. Eres afortunada, mira que montón d egente te quieren bien. Pero nosotros no podemos dar ese paso por ti, es lo tienes que dar tu solita, aunque nosotros estaremos aqui para lo que haga falta. Y tu no has fallado simplemente has vivido, sigue haciéndolo y no te quejes sobre un futuro de ancianita pensando que todo tiempo pasado fue mejor, porqué cómo será el futuro no lo sabe nadie, lo que si puedes cambiar positivamente ahora es el presente, asi que anda, sonrie y sigue adelante.
No me quejaba sobre un futuro de ancianita, simplemente quería decir que existe alguién que seguirá conmigo toda mi vida aunque ya no esté, porque es alguién a quién he querido y quiero con toda mi alma y hay sentimientos que es muy dificil borrar aunque queramos.
¿Sabes lo que realmente he ido descubriendo? que en esta vida lo malo no es lo que nos ocurre, lo malo es no saber reconocer que ha ocurrido y afrontarlo, porque tal vez al mismo tiempo eso es lo más dificil, aprender a renunciar, aprender a vivir sin algo importante, aprender a seguir cuando te falta un motivo, confesar a fin de cuentas.
Supongo que es algo que pasará a menudo, cuando pierdes a alguién al principio no reaccionas y luego tiendes a negar lo que ha sucedido porque no quieres que haya sucedido.
Eso es lo que intento aprender Ale, y lo que tengo que aprender.
Un beso Ale y buenas noches.
Estas palabras de hoy ya son en sí una afirmación positiva. Sólo podemos cambiar aquello que asumimos como cierto (no sé si esa es una buena traducción, pero me refiero a ese dicho anglosajón; you can only change what you can acknowledge). El que hayas asumido esos errores y seas consciente de ellos, te da fuerzas para comenzar a cambiar las actitudes equivocadas qeu has mantenido ante ciertos acontecimientos de tu vida y qeu te han sumido en la tristeza y la depresión.
Tu amigo tiene razón, la vida es así, para todo el mundo, momentos buenos, momentos malos. Eso no lo podemos controlar, sólamente podemos controlar cómo afrontamos estos momentos. Eres una luchadora, porque otra persona se hubiera hundido, y tú, pese a todo, pese a las lágrimas o la depresión, te has mantenido a flote. Esto es muy positivo y es muy bueno para tí y para tus tres soles de hijas.
Espero que aprendas a sonreir de nuevo con ilusión y a diseñar tu propia vida sobre ese principio de que somos nosotros mismos los responsables de nuestra felicidad. Lo externo malo o bueno está fuera de control, nuestro corazón y nuestra mente está en nuestras manos. Concéntrate sólo en eso, en preparar tu mente de una manera positiva e inculcar esa fuerza y ese positivismo a tus hijas. Éspera siempre lo mejor y prepárate para lo peor, dice Dalai Lama.
Me alegro de que por fin hayas realizado que las lágrimas por la falta de sol en tu vida, no te dejaban ver lo importante: todas esas estrellas alrededor.
Eres muy fuerte Laura, y te admiro por ello. Adelante!
Un besote, María
Lo importante será que un dia, al igual que tu, aprenda a pensar que lo que quiero es que la gente me recuerde por mis obras, por como soy como persona, y no por otros aspectos.
Pero hay cosas,y tu de esto sabes también bastante,que muchas veces cuesta afrontar,y es más dificil reconocerlas que pasarlas.
¿fuerte? yo nunca me he considerado una persona fuerte, más bién es que no me ha quedado otra que tirar fuera como fuera, pero te aseguro que en muchos momentos he tenido ganas de tirar la toalla y mandarlo todo al carajo.
Y ahora que estoy en una etapa de transición pero bastante buena animicamente, no quiero que todo se estropeé.
Pero ahora os dejo una pregunta a las dos. ¿creeis que es malo que aunque intente ser realista y tomar las cosas como vienen siga manteniendo algunos de mis sueños?
Un besazo María y a proposito, me encantó tu blog, no sabía que existia el burkini, pero me ha encantado la forma en que te has planteado hablar de él.
Los sueños son muy importantes, son el motor de nuestra realidad. Ya sabes eso que dicen los americanos de cuidado con lo que sueñas...es la misma técnica que también venden como nueva los creadores de El Secreto. Los sueños son lo que somos y somos lo que soñamos, al igual que somos lo que pensamos (positivo/negativo).
Uno no debería de dejar de soñar nunca. Hace tiempo leí una entrevista a Isabel Allende, que dice que siempre soñó con ser escritora, pero una cosa y otra la llevaba por otros caminos...Muy pocos lo saben, pero su primera novela la escribió a los 40! La edad a la que otros ya empiezan a tirar sus sueños por la borda y a conformarse con lo que han conseguido porque ya están mayores...mira, hace poco mi querida ale, ante mis dudas de cambiar mi vida por completo (en el terreno profesional) y esas dudas más basadas como siempre en la edad (estaré ya mayor para este sueño?) me dijo...nuestra esperanza de vida, maría es de ochenta, así que a los 40 uno está sólo en la mitad de su vida!! Y aunque tuvieras 70, los sueños que se desean alimentan nuestro día a día...aunque algunos sean irrealizables, son la esperanza del que cosas fantásticas puedan sucedernos...Yo siempre he sido una niña muy soñadora, y al mismo tiempo tímida, pero han sido esos sueños los que me han llevado a vencer la timided y tener la osadía de conseguir las cosas que he querido...
Así que querida Laura, ni se te ocurra dejar a un lado los sueños, sólamente las pesadillas son las que deben quedarse por el camino.
Un besote, María
Publicar un comentario