martes, 19 de febrero de 2008

juegos de la mente

Hoy tenemos un dia raro aquí.
Lleva todo el dia lloviendo y en muchas calles se ha ido la luz.
Cuando he salido de trabajar, mientras venía para casa, me he encontrado con las calles vacias.
La verdad es que apenas tardo diez minutos desde el trabajo, pero durante todo el camino no me he cruzado con nadie excepto con unos cuantos coches que iban iluminando la calle según pasaban.
Y entonces sin poder evitarlo me he puesto a pensar. Supongo que mi mente es una máquina incapaz de estarse quieta y a la que en muchos momentos se le ocurren las ideas más peregrinas,pero según venía pensaba que muchas veces así es nuestra vida.
Caminando solos por calles desiertas sin que nadie se cruce en nuestro camino o se pare un momento al pasar a nuestro lado y viendo solamente a personas, que como los coches esta noche, pasan a nuestro lado a toda velocidad y nunca se detienen.
Reconozco que no es normal hacer esas comparaciones un tanto extrañas, pero a mí me ocurre a menudo y hoy era uno de esos dias.
Aunque también reconozco que hoy según venía me daba cuenta de que a mí me gusta pasear cuando las calles están vacias y odio ir a lugares donde hay demasiada gente.
Y creo que tiene una razón de ser que cualquiera puede comprobar.
Cuando uno está en cualquier lugar donde hay mucha gente no tienes una sola percepción, tienes muchas. Las de la gente con la que te cruzas, la de la conversación que sin querer se cuela en tu oido, la de los colores y las formas que se mueven a tu alrededor.
Pero cuando uno camina por una calle vacia solo tiene una percepción; la percepción de uno mismo.
Solo escuchas tus pasos mientras golpean una y otra vez la acera; solo escuchas tus pensamientos puesto que no hay ningún sonido que pueda empañarlos, y de repente tienes una sensación de tí mismo, te ves a tí mismo, te notas a tí mismo.
Creo que por eso me gusta.
Y por eso hoy bajaba feliz a casa, caminando sola por esas calles oscuras bajo la lluvia y sintiéndome a mí misma, pensando y dándome cuenta de que mientras venía estaba manteniendo una extraña conversación...una conversación conmigo, una conversación con mis pensamientos.

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