Después de lo que pasó ayer sigo pensando en como son las cosas.
Me preguntó que es lo verdaderamente importante; que es lo que de verdad tiene valor en esta vida.
Porque si lo único que cuenta es lo que uno tiene, el lugar en el que vive, los metros que tiene su casa o sí la gente le considera alguién importante, entonces creo que estamos creando una sociedad completamente absurda.
Y si nuestros hijos lo único que valoran es el echo de que sus padres tengan más o menos cosas en lugar de valorar lo que son como personas entonces lo que estamos creando es una sociedad completamente patética.
Supongo que como en todo no se puede generalizar.
Pero tal vez deberiamos pensar sí de verdad no estamos haciendo de nuestra vida una vida en la que lo que más cuenta es lo que podemos obtener materialmente; si no le damos demasiada importancia a aquello que no la tiene y olvidamos las cosas realmente importantes.
Supongo que las personas tenemos algo muy agudizado y es nuestro ego.
Supongo que es innato en nosotros ese afán por presumir; por tener cosas mejores que las que tienen otros; más caras, con más valor....
Pero nunca presumimos de cosas que tal vez tienen más mérito.
Porque por desgracia a veces cuando oyes hablar a la gente de lo que tiene siempre te cuenta el precio del coche que se ha comprado; que su piso está en una zona muy moderna o que hemos puesto una cocina con los últimos adelantos.
Pero hasta ahora y pensandolo bién no he oido a nadie hablar de las veces que ha sonreido a otros en un dia, de las veces que ha dicho gracias o que ha ayudado a otra persona en algo que le hacía falta.
Ayer me enfadé con esas niñas por meterse con mi hija....hoy creo que me dan algo de pena.
Porque seguramente tienen más de lo que tienen otros niños; visten mejor, viven en mejores casas....pero eso no las hace mejores personas.
Y creo que lo importante es aprender a ser buena persona.
Por encima de cualquier otra cosa.
Puede que igual que yo haya muchas personas que no puedan darle a sus hijos todos los caprichos, que no puedan comprarles todo lo que piden, pero si conseguimos convertir a nuestros hijos en buena gente, en personas íntegras, habremos conseguido mucho.
Y creo que todos deberiamos hacer un poco examen de conciencia, yo la primera, y plantearnos si en algunas ocasiones no les hemos dado mas cosas materiales, no les hemos concedido esos caprichos que tenian aunque solo fuera por que no se enfadaran o por verlos felices, y sin embargo nos hemos quedado un poco cortos a la hora de abrazarlos, de demostrarles nuestro cariño o de escucharlos porque llegamos demasiado cansados o no tenemos ganas.
Y yo seré la primera que haré ese examen.
Voy a intentar recordar cuantas veces he venido cansada de trabajar, o no me encontraba bién porque estaba baja de moral, o simplemente me he volcado en mis propios problemas y me he olvidado de recordarles a mis pequeñas cuanto las quiero.
Y cuantas veces no se lo he dicho porque doy por supuesto que lo saben.
Y creo que voy a ser la primera en pedir perdón si alguna vez cualquier pequeño problema mio ha hecho que me olvidara un poco de ellas.
Y también creo que a partir de ahora voy a intentar que si a ocurrido no vuelva a ocurrir.
Porque creo que lo que más me importa es que el dia de mañana mis hijas sean felices,pero que aprendan sobretodo a ser buenas.
Y si puedo darles un capricho se lo daré, pero a partir de ahora no utilizaré esos caprichos como sustitutos.
No dejaré que un rato ante la play, ante la tele o en el ordenador sustituyan un rato conmigo ni me sirvan de excusa para "aparcar" a mis hijas mientras yo descanso o me dedico a cosas menos importantes que ellas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario