Puede resultar curioso,pero efectivamente hay veces que podemos olvidar cosas que hemos hecho o dicho nosotros en algún momento.
Lo digo porque anoche estuve hablando con mi madre y me recordó algo.
Como mi padre y las niñas se acuestan pronto nos dejaron un rato para las dos.Mi madre quería saber como estaba y como es lógico le dije que bién.
Pero hablando siempre acaban saliendo cosas que no pensabas decir y nosotras acabamos hablando de mi vida, de que no quiero quedarme sola y como le dije a mi madre de que al final ocurrirá y no solo porque no encuentre nadie para mí sino porque a lo mejor yo no estoy preparada para nadie.
Mi madre tiene una cosa buena; ella tiene mucha fé en la vida, en que siempre acaban mejorando las cosas y en que tarde o temprano todos encontramos aquello que buscamos.
O eso es lo que dice ella: que algún dia aparecerá alguién que me querra, que nos querra a las cuatro, y que entonces se me olvidarán estos miedos tontos de verme mayor y sola y no haber podido encontrar la felicidad nunca.
Yo le digo que es ley de vida que mis hijas un dia vuelen y ella dice que sí, pero que eso no significa que me vaya a quedar sola.
Pero lo gracioso es que yo no estoy segura de poder querer un dia a alguién y ella me recordó algo que yo había olvidado.
Me dijo que si me acordaba cuando nació mi hija mayor. Yo era una típica madre pesada, todo el dia mirando a la niña, con ella en brazos, como me decía llegaba hasta el punto de levantarme un montón de veces por la noche solo para comprobar si respiraba y desde luego vivia con más angustia que disfrutando de mi peque, solo por ese miedo a que le pasará algo.
Entonces me dijo que si me acordaba cuando estaba embarazada de la mediana. Me pasé todo el embarazo preocupadísima porque le decía a mi madre que por mucho que la quisiera no iba a poder quererla tanto como a la mayor y mi madre me decía que eso eran bobadas.
Pero como anoche me recordaba mi madre le dí un montón la lata.
Quería tanto a mi hija que me parecía que por mucho que quisiera a la otra no podría hacerlo igual y me daba miedo no llegar a quererla lo suficiente.
Ahora tienes tres.....¿a cual quieres más de todas?.
La verdad es que solo podía contestar lo que cualquier madre contestaría....que las quiero a las tres por igual.
Eso me dijo mi madre ayer. Que sí me había dado cuenta; que en esta vida nunca podemos decir que no vamos a querer a nadie por querer a otra persona, que algunas veces se puede querer mucho a alguién y eso no impide que un dia podamos aprender a querer de nuevo.
La verdad es que estar con mis padres anoche me vino bién.....y esta noche he dormido de un tirón y más de lo que suelo hacerlo.
Y me he dado cuenta de que un día podré decir que hice las cosas bien si consigo llegar a ser como mi madre ha sido y si mis hijas llegan a sentirse un dia tan orgullosas de mí como yo lo estoy de mis padres.
4 comentarios:
Pues tu madre tiene toda la razón del mundo como todas las madres y eso lo descubrimos al poco de nacer. Cuando somos pequeños nuestros padres nos parecen los mejores del mundo. No existe nadie mejor en el mundo mundial. A medida que crecemos vamos descubriendo las debilidades y limitaciones en nuestros padres y en esa pubertad en la que nos encontramos, nos peleamos e incluso renegamos de ellos. La historia se repite y nos convertimos nosotros mismos en esos padres y recomenzamos a apreciarlos de nuevo. Nos damos cuenta de lo difícil que es ser padre, de los dilemas que se nos presentan,de lo difícil que es enseñar, de lo que se sufre, de lo que se ama.
Me sucedió algo similar cuando nació mi segunda hija. Me preguntaba la querré igual?. Cómo podré repartir mi amor y miles de preguntas e inseguridades más me acuciaban. El tiempo se encarga de enseñarte que tenemos una capacidad de amar infinita, que se puede compaginar, que con unas personas compartimos unas experiencias y unos momentos de nuestras vidas y con otras momentos y situaciones diferentes. Y todos ellos pasan a ser parte de nosotros mismos, de lo que somos a día de hoy, 20 de diciembre del 2007.
Quién no se ha tambaleado en alguna ocasión? Quién no ha perdido el coraje en alguna ocasión dejando de arriesgar? A quién no le ha apatecido tener amigos si no simplemente conocidos? A quién no le ha apetecido pasar por esta vida de puntillas autoprotegiéndose? Si no das, no hay nada que perder. Pero entonces, en qué consistiría la vida, a qué quedaría ésta limitada?
Yo tengo fe, tengo fe en que un día conseguirás lo que te propones o una parte de ello. Mientras tanto has de vivir la vida, disfrutarla. De esta forma estarás preparada para cuando llegue ese momento que tanto esperabas y que quizás sea diferente a lo que te imaginabas. Me refiero al cómo, al con quién, a el cuándo, etc… pero sabrás que eso era lo que buscabas.
Hola Ale.
Mi madre tiene razón, tu tienes razón en muchas cosas que dices y en general la mayoría de la gente que conozco tienen razón cuando me hablan, aunque también es cierto que en la mayoría de las ocasiones yo no escucho o no lo hago como debería.
Pero sabes lo que me alegra hoy.
Saber que hay miedos que no los tengo yo sola; que tu también te planteastes si podrías querer a tu segunda hija como a la primera, que tu también tuvistes tus miedos.
Porque eso me indica que en cierto modo no soy tan rara.
Estoy segura de que tu eres una madre estupenda, pero me alegra comprobar que esos miedos con respecto a los hijos son "comunes" en muchos casos.
También me alegro de que tengas fe en que un dia conseguiré lo que quiero, pero en esto me temo que tu tienes más fe que yo.
Un abrazo Ale y felices sueños.
Todo el mundo tiene miedo en algún momento, lo que pasa es que a veces no lo dejamos ver e incluso ni somos consciente de ello. Así que no te preocupes por nada es lo más normal del mundo. Lo único que tenemos que intentar es no dejar vencernos por ellos, enfrentarnos a los miedos y eso no siempre es fácil y dá vértigo, pero poquito a poquito se va logrando.
Creo que soy una buena madre, una buena amiga y una buena mujer en general y tu también. Ya ves, no nos hacen falta abuelas!
Un beso.
Supongo que todo el mundo tiene miedos, y la diferencia está en como los afrontamos cada uno.
De todas maneras yo me he propuesto enfrentarme a los mios, salgan como salgan las cosas.
Hoy tengo que hacer algo que está pendiente desde hace mucho; he estado aplazándolo pero creo que es hora de enfrentarme a ello.
Así que cruza los dedos por mí y ya te contaré esta noche como ha ido todo.
Un beso
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