domingo, 25 de noviembre de 2007

la situación del alma

Al final, después de darle muchas vueltas he llegado a la conclusión de que algunas personas tal vez hemos nacido para estar solas.
Puede que ese sea el motivo de que no podamos encontrar a nadie que lleve nuestro mismo camino, tal vez sea el motivo de que nuestro rumbo sea el que marca el silencio.
Seguramente si yo fuera budista, islamista e incluso yiahidista, podria achacarselo a mi Karma.
Encontraria la respuesta en mis vidas pasadas, fuera lo que fuera entonces.
Pero desde luego podria decir que en esas vidas pasadas no debí ser una persona demasiado buena, o demasiado humana, y que por eso, en una especie de efecto rebote, en esta vida estoy recojiendo lo que entonces sembré.
Lo cierto es que yo no soy budista, islamista ni yiahidista.
Lo cierto es que yo no hablo sanscrito ni creo tampoco en la reencarnación.
Pero tal vez esas creencias puedan tener su punto de razón.
Tal vez si que existan las vidas pasadas.
Y puede que en alguna de ellas yo hiciera daño a alguién que me hizo el bien, y por eso en esta vida mi destino sea caminar sola y pagar por lo que hice en una eterna condena que me sirva para purgar mis pecados y tener algo mejor en una próxima reencarnación.
Y si tengo que pensar como lo haría una buena cristiana, entonces, solo me queda pensar que tal vez Dios ha decidido ponerme a prueba; que tiene un motivo para que esto ocurra y debo acatarlo sin preguntarme el porqué, porque los motivos de Dios no siempre podemos entenderlos.
Sea como sea lo que tengo claro es que tal vez mi destino es seguir sola.
Igual que hay gente a la que todo lo que hace le sale bien, otros no tenemos esa suerte.
También podria pensar que me ha mirado un finisterre, y que por eso la suerte ha decidido marcharse de mi lado, asustada ante los malos augurios que puede traerle mi compañia.
Podria buscar muchos motivos, supongo....
Pero he decidido no buscarlos.
Simplemente aceptar mi destino y el echo de que mi camino es un páramo donde la única presencia tangible puede ser la de las sombras, y el único sonido que debo escuchar el de mis propios pasos mientras camino en una busqueda infinita.
Realmente me gustaría pensar que existe el alma.
Y que la mia voló un dia detrás de un sueño y decidió no regresar de nuevo porque ya no tenía nada que le hiciera volver ni ningún motivo para quedarse donde estuvo.
A partir de ahora simplemente me queda aceptar aquello que tengo, bueno o malo, y dejar de soñar con cosas imposibles.
Tal vez el echo de darme cuenta de que mi soledad puede no ser una condena, sino simplemente un motivo o una forma de vida, me ayude a mejorar y a asumir mi vida con más fuerza.
De momento sí he tomado una decisión; a partir de ahora caminaré sola y aceptaré esto no como una imposición sino como una penitencia por aquello que hice o no hice, pero saber que no debo esperar nada me da la tranquilidad de al menos no sufrir esperando lo que no va ha suceder nunca.

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