Subistes a la montaña
de tu propio sentimiento,
escalastes esa cumbre
vestida de puro hielo,
agarrastes la cordada
y soltastes el intento,
subistes hasta la cima
y nunca tuvistes miedo.
Te entregastes a los otros
desinteresado y tierno,
renunciastes a la senda
facil, de tenerlo hecho,
caminastes, que el camino
llegaba casi hasta el cielo,
y dejastes una huella
más profunda que tus sueños.
Si comparamos la vida
con la montaña, tenemos,
metas que saben a triunfo
después de duros intentos,
laderas siempre escarpadas,
paisajes por siempre bellos,
y alguien que se siente vivo
con la libertad del viento.
Subistes a la montaña
para alejarte de aquellos
que no saben que es hermosa
la soledad del intento,
y yo que empecé a quererte
libre y feliz, hoy te sueño,
en esa montaña tuya
arropado por el cielo.
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