DESPEDIDA

Rompimos la promesa que una tarde
hicimos bajo el cielo en primavera,
quisimos olvidarnos, que era fácil,
dejar que tanto amor se nos muriera.
Olvidarnos de pronto de los besos
robados a las horas en la ausencia,
de las caricias dulces que impregnaron
con su murmullo lento cada huella.
Yo te juré que nunca dejaría
que nada en este amor se interpusiera,
tu me jurastes a mí quererme siempre
como si otra en el mundo no existiera.
Fué tan sencillo hablar cuando la vida
era una eterna nube de promesas,
cuando ambos dibujabamos futuros
con una dirección que era la nuestra.
Pero pasado el tiempo quedó solo
de aquella sensación, indiferencia,
se fueron apagando los instantes,
muriéndose enredados en la pena.
Rompimos la promesa que una tarde
hicimos ante Dios de ser eterna,
hoy quedan los despojos de algo hermoso
y lágrimas furtivas en la tierra,
una distancia en tiempo y en espacio,
recuerdos que agonizan,
y quimeras.