Entre lo blanco y lo negro
elegimos una camino,
tu elegistes la derecha
y yo hacía la izquierda el mío.
Tu elegistes la montaña
yo el desierto mudo y frío,
yo dormirme en el silencio
tu el despertar y el bullicio.
Entre la tierra y el agua
elegimos un camino,
tu bailar sobre las olas
yo esconderme en el abismo.
Tu caballo sin jinete
yo yegua preñada en grito,
yo mirar sin ver un cielo
tu el infierno en infinito.
Entre ser o no ser nada
tu elegistes lo sencillo,
yo el camino más ingrato
pero más agradecido.
Hoy que se acaba la tierra
tu contemplas el vacio
y yo las huellas que deja
el amor que he recibido,
yo unos ojos que me quieren
tu unos ojos que están fríos,
yo unos besos que me arropan
y tu el dolor del olvido.
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