Tu imagen reflejada en el espejo,
tu sonrisa dormida
y esa mirada límpia que se acerca
para darme la vida.
Fué la primera vez, esa primera
llamada de ilusión y fantasia,
cuando sentí nacer en mis entrañas
tu llamada bendita.
A través del espejo de mis sueños
igual que campanilla
volastes a posarte entre mis manos
latiendo entre sonrisas.
Y como aquel capullo que se abre
para entregar colores a la vida,
tendistes un camino entre nosotras
sin meta conocida.
Te miro y es tu imagen mi memoria,
todo aquello que existe, las caricias
prendidas en los rizos de tu pelo
y en tus ojos que hechizan.
Sonríe que es tu risa mi sentido,
abraza, que tu abrazo me redima
de todo lo que mal hice hace tiempo
tal vez en otra vida.
Porque eres tu la cruz de mis espaldas,
el agua que mi sed de amor evita,
el todo porque todo es lo que eres
y serás mientras viva.
Tu imagen reflejada en el espejo
silenciosa me mira
y yo sé que esos ojos son los faros
que en el tiempo me guian.
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