A través de caminos
de blancas sendas,
cruzan siempre en silencio
flores y esencias.
Flores de rojas almas,
almas sin penas,
y esencias de misterio
de mar y arena.
Unas tienen los ojos
negros de espera,
con lágrimas de furia
y sonrisas tiernas,
otras verdes de noche,
verdes de hierba,
del rocio temprano
y la indiferencia.
Y a través del camino
ambas pasean,
moviendo sus cinturas
que al sol se quiebran.
Como si no esperaran
su eterna espera
sus melenas rizadas
clavel y hiedra,
dejan siempre en los hombres
ansias inquietas,
promesas incumplidas
anhelos de sirenas
y en la noche estrellada
besos y ausencias,
porque allí donde vayan
ya las esperan.
A través de caminos
pasan ligeras,
que si no han de quedarse
nunca se fueran.
Son las horas que mueren
sobre la tierra.
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