Me mira con sus ojillos,
aquellos ojillos negros,
y se queda silencioso
como el mejor compañero.
No le importa lo que pase,
no necesita un te quiero,
siempre fiel él se conforma
con un poquito de aprecio.
Y allá donde voy se viene
vigilante en su silencio,
porque es fiel en las desdichas
igual que en los ratos buenos.
Aunque quiera no sonríe
pero el sabe que en sus sueños
puede trasmitirte tanto
que no necesita hacerlo.
Y si lloras te consuela,
jugar contigo, es su juego,
da mucho pidiendo poco
porque pedir no es su sello.
Me mira con sus ojillos,
aquellos ojillos negros,
esperando una caricia
como el mejor de los premios.
Porque es amigo en los dias
y en las noches compañero,
ese que te cuida siempre,
el que siempre está, es mi perro,
mi chucho, de pelo claro,
mi pequeño amigo eterno.
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