clavando nuestros pasos,
hiriendo nuestras huellas
en sus rostros de barro.
Luchamos como luchan
quienes no peleando
vencen en las batallas
tan solo con sus manos.
Rompimos nuestras olas
sobre el acantilado
de una vida de sueños
en tierra destrozados.
Y fuimos, solo fuimos
los héroes de Parnaso,
Penélopes sin rueca
y Atilas sin caballos.
Rompimos desde el cielo
hasta los verdes prados
las sendas que se internan
en nuestro orgullo opaco
y cuando no quedaban
caminos en que andarnos
al culmen de los versos
amigo al fin...llegamos.
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