jueves, 9 de julio de 2020

AMIGO

Y fue tu voz que en la tarde
vistió mi piel de aromas de pasado,
de recuerdos de niña, de suspiros,
de arroyos de mis ojos escapados.
Me convirtió en recuerdo en un instante
y me lleno de aromas olvidados,
de voces que dormían en mis sueños
llamándome en silencio, susurrando.
Volvieron esos días que murieron,
esos viejos amigos que marcharon,
y fue tu voz, igual que a Lázaro en su nicho,
quién mi alma sorprendió  resucitando.
Pasaron por mis labios las sonrisas,
los fantasmas de ayer, se levantaron,
y aquellos tiernos años que se fueron
regresaron de nuevo desbocados.
Tu voz que se vistió de ortiga y menta,
de leña en el hogar, de incienso y campo,
de fruta, de calor, de uvas y tierra,
de voz de afilador y campanario.
Y fue tu voz regalo al infinito
donde duermen los duendes añorados,
la que pisó conmigo lentamente
el camino poblado de castaños.
Puede amigo que nunca nos crucemos,
que nunca los recuerdos compartamos,
ni podamos sentarnos bajo el cielo
de esa tierra que tanto ambos amamos.
Pero será tu voz, la que en la noche
cuando el silencio muerda cual diaño
la que me llevará de nuevo al viento
guiando con tus huellas a mis pasos.
Amigo, que una tarde diste vida
a esta vida que errante va pasando
mientras carga la cruz de la añoranza
en el silencio gris de lo anhelado.



No hay comentarios:

Datos personales

Seguidores