
tu silueta callada,
se encogía en mi alma
una extraña batalla
y desde este silencio
que inundaba la estancia
un corazón dormido
de misterios, lloraba.
Tu sonrisa perdida
en el mundo de magia,
ese viaje infinito
de tus sueños sin agua,
y saber que algún día
una luz escarlata
llenará tus rincones
con su dulce esperanza.
Eres tu, tan hermosa,
en tu mundo abrigada,
protegida del frío
de esa ajena palabra,
de los huecos vacios,
de las agrias miradas
y los chismes ajenos
que se vuelcan en farsas.
Me quedaba mirando
y cuanto más miraba
más grande el sentimiento
en mi pecho estallaba,
igual que una tormenta
el amor dibujaba
tu perfil tan sereno
encerrado en mi alma.
Si esto es querer, mi vida,
quiero amarte sin pausa,
sin tiempo, sin motivos
y siempre hacerte falta.
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