
se escribe con la sangre de mi pecho,
los besos que tu borras yo los fijo
clavados con mentiras en mi cuerpo.
Ausencias que tu bordas, yo recojo,
aquello que no quieres, yo deseo,
será que de tus sobras se alimenta
mi corazón vencido y lastimero.
Lo que en tus labios es solo palabra
es en mi oído todo un juramento,
y se vuelve paloma entre mis manos
aquello que en tus manos tira a cuervo.
Del último recuerdo que dejastes
me hice yo un relicario que aún conservo,
lo beso por las noches y derramo
mis lágrimas malditas en su infierno.
¡Estúpida es la vida que se vive
soñando con el nectar de tus besos!
¡Estúpida la aurora que no brilla
tapada por las nubes del desprecio!
La calma de esta noche yace eterna
sabiendo que no tiene ya, ni lecho,
más no puede morir aunque lo mate
pues se aferró a la sombra de tu cuerpo
y sigue respirando en esta historia
sin princípio ni fín que es su universo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario