
te grita ya sin voz, desesperada,
una parte de mí, se fué contigo,
fundiéndose en el fuego de tu agua.
No me digas amor, que no me piensas
cada instante que sobre el cielo escapas,
no me digas amor, que fué vacio
el sentimiento puro de mi alma.
Una parte de mí, vive contigo,
se cuela entre la espuma de tus sábanas,
fugaz como una estrella en lo profundo
de un deseo escondido en la mañana.
Y llora y se refugía en otros brazos,
la concubina eterna de la nada,
una parte de mí, te está buscando,
en medio de las rosas que se clavan.
Puede ser que no sepas que el silencio
es esclavo perenne en tus palabras,
pero siempre cabrá de tu recuerdo
un trocito en el fondo de mi alma.
Una parte de mí, te está buscando,
te reza, te persigue, te reclama,
porque siempre mi amor, de este cariño
será la prisionera que te aguarda.
Una parte de mí, te está buscando,
esa parte que vive, enamorada.
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