
recorta juguetona tu silueta,
tu aroma que se extiende entre los campos
atrapa mi razón y la penetra.
Tu perdido y entre el sueño encontrado,
tu que siempre entre mi ayer navegas,
sonriendo, eclipsas cada instante
mientras vistes de amor la indiferencia.
Solo un leve momento en que rozarte
las mil horas siguientes ya alimenta,
mientras lloran los árboles con sangre
ese tiempo que me barre tu ausencia.
Me pregunto si alguna vez sentado
en silencio, a mí tu me recuerdas,
si imaginas, igual que yo imagino,
si al pensarte tu a mí también me piensas.
Tu sombra me persigue por las noches
silenciosa, junto a mí ella se acuesta,
y al cerrarme a todo lo que existe
tu imagen abrazándome se queda.
Si no puedo decirte que te amo
este amor morirá y como una vela
se irá fundiendo lento en el olvido
de vernos, de mirarnos, de la pena.
Pero confieso amor que soy cobarde,
que todo lo que siento me encadena,
mientras la sombra oscura de los árboles
esconde entre la nada tu silueta.
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