Yo sé que estás
en un lugar lejano
donde no puedo verte,
donde no se permite
ni el deseo, ni la continuidad,
yo se que estás
esperando por mí
tal vez eternamente,
dispuesto a regalarme
cada día
tu mas firme amistad.
Yo se que tu,
paloma de mis vuelos
me sigues escuchando,
allá donde las olas
te susurran, canciones de dolor,
Yo se que tu
revives cada instante
aquello que pasamos
aún sabiendo que el tiempo
se ha parado
dormido en el reloj.
Yo se que tu
estas en cada hoja
en cada tarde fría,
en los ojos del niño
y en los sueños
que pueblan mi interior
y sé que allá, en el fin,
me cojeras la mano
para que vuele libre
hacia el secreto
que nadie me contó.
No sabes bien las veces
que he soñado marcharme,
abrazarme a tu lado
y no dejarte
marcharte nunca más,
las veces que he querido
romper mis mil cadenas
y mirarme en tus ojos nuevamente
frente a la tempestad.
Yo se que tu
serás siempre en mi vida
camino recorrido
el deseo de verte y de escucharte
es superior a mí
no podrás comprender
cuanto te echo de menos
y deseo que el tiempo
de la vuelta
volviendo a ser feliz.
Yo se que hay
caminos insondables
que recorren mi mente,
misterios escondidos
en que nadie
nunca ha de penetrar,
pero yo se también
que todo es solo pena
la pena que me mata
cada día
porque tu ya no estás.
1 comentario:
cuando un reloj duerme
no sabemos si nunca podrá volver a despertar...
al menos, yo no.
Publicar un comentario