Me quedé contemplando un momento
aquellos ojos tristes
de color avellana y arena
inocentes y firmes.
Me quedé contemplando su boca,
que ya nunca sonríe
y me dije a mí misma que a veces
lo más bello no existe.
Y en el mismo momento que el dia
se apagaba en el cielo
y le ví arrodillarse despacio
sobre la tierra gris
desee ser sus ojos y darles
ese brillo perdido
ser su boca, su mano, su cuerpo,
y llenarlo de mí.
Me quedé susurrando en silencio
mientras él se alejaba,
!que terrible es querer amar siempre
y no poderlo hacer!
bajo el frio refugio de piedra
de mi vida acabada,
quise volver de nuevo y amarle
!y tan solo, lloré!
1 comentario:
es precioso...
[escribí cómo salir de un refugio de piedra antes de leerte.]
muuuaks!
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