En algún momento he pensado
que solamente hemos creado una barrera,
una barrera sin forma ni sonido
pero imposible de traspasar.
Una barrera que no ve nadie
pero que todos presienten
porque late, late continuamente,
como si tuviera vida propia.
En algún momento he pensado
que solamente quisimos estar solos,
alejados de miradas indiscretas
que pusieran en entredicho nuestros sueños.
Y al final fuimos nosotros
los que no encontramos la salida;
presos en nuestros propios miedos
y en nuestras propias esperanzas.
En algún momento he pensado
que estabamos tan solos
que quisimos compartir la soledad
pero solo entre nosotros.
Y al final esa soledad fué nuestra medida
nuestra razón de ser y de vivir,
la fuente que saciaba nuestra sed
y el camino que guiaba nuestros pasos.
Pero tal vez quede un resquicio,
una pequeña grieta por donde escaparnos
el problema:
yo no se si quiero salir por ella.
1 comentario:
no hay barreras
sí miradas indiscretas
qué importa?
piensa si salir es mejor que quedarse dentro
muuuaks!
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