Un milagro, un vestigio, una palabra
dicha muy quedamente sin decir
un segundo, un momento, un solo instante
regalado en perfumes para tí
Un sonido, un poema y un vocablo
un eterno te quiero, un subsistir
y en el fondo profundo de tus ojos
un mar tierno y azul que va a morir
Empuje de promesas infinitas
que se hicieron despacio, en un abril
donde el trigo jugaba con la tierra
y las nubes tenían tu perfil
De promesas que fueron y no fueron
desnudas las amantes del jardín
eternas, como eterno en un suspiro
se guarda el sentimiento que viví
Un milagro, un vestigio, una palabra
paridos en silencios sobre tí
henchidos del aroma de tu carne
del sabor de tu boca dulce y gris
De recuerdos, promesas y pecados
que quedarán eternos hoy aquí
allá donde la vida se vió rota
y cual Lázaro quiso revivir
Quizas en un adios hubo un te espero
quizas nunca hubo adios, nunca hubo fín
más sea donde sea eternamente
yo te amaré y tu me amarás a mí
Un secreto perdido, una mirada
un nuevo comprenderte, un no fingir
sonetos de un poema que se marcha
pero que eternamente ha de seguir.
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