miércoles, 6 de febrero de 2008

cosas de niña

Llevo unos dias que me cuesta mucho dormir.
Me meto en la cama y no hago más que dar vueltas, pero soy incapaz de conciliar el sueño.
Mi hija pequeña es como si tuviera un radar. En cuanto me muevo se despierta y me pregunta que me pasa.
Anoche me preguntó si no me podía dormir. Le dije que no pero que se durmiera que hoy tenía cole y ella me miró y me preguntó: Mamí, ¿quieres que te diga un cuento para que te duermas?
Me hizo gracia, yo suelo contárselos a ella para que se duerma y supongo que ella pensó que si me lo contaba a mí yo también dormiría.
Volví ha decirle que se durmiera, que yo también me iba a dormir enseguida y de pronto, muy digna, se sentó en la cama y se puso a cantarme una nana a voz en grito.
No paró hasta que yo cerré los ojos y me hice la dormida.
Pero una vez que pensó que yo estaba dormida, me dió un beso, me tapó hasta las orejas y se quedó dormida enseguida.
Yo no me atreví ya ha moverme. Si me hubiera levantado la habría vuelto a despertar, así que me quedé tumbada a su lado.
Creo que es una de las cosas que más me gustan en este mundo; meterme en la cama y sentirla a mi lado dormida, tranquila,con esa calma que solo encuentran los niños.
Y aunque a mí no me gusta quedarme en la cama cuando no puedo dormir, hay veces como ayer que me quedo allí escuchándola y pienso en lo hermoso que es verles cuando duermen, oir su respiración y saber que duerme tranquila porque sabe que mientras esté yo con ella siempre estará protegida, cuidada, y nunca tendrá que tener miedo a nada.
Algunas veces pienso en esos niños que duermen con miedo, esos niños que sufren en sus casas, y pienso que yo nunca sería capaz de hacerle daño a mis niñas, no puedo entender que exista gente capaz de hacerle daño a un niño o de no apreciar lo hermoso que es el cariño que ellos nos dan.
Creo que lo más bello que existe es un niño feliz, porque todo lo que ellos dan y lo poco que piden es algo que no puede comprarse con nada.
Y creo sinceramente que el poder mirar por las noches a tu hijo/a y contemplar en su carita esa satisfacción que solo brinda la inocencia del corazón que tienen los niños es el regalo más hermoso que nos ha sido nunca dado a los adultos.
Es de alguna forma el mayor tesoro que nunca nadie podrá ofrecernos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, eso es lo mejor, lo más tranquilizador, lo que nos dá fuerzas. A quién no se le cae la baba de vez en cuándo?

A mi me encanta observarlas en esos momentos de paz y de inocencia.

El poema de Machado es muy hermoso. Qué bien escrito está, cuántas cosas dice.

Que tengas un buen día Laura!

Laura dijo...

Hola Ale
Siento no haberte contestado antes pero estos dias estoy doblando turnos y desde que entro por la mañana no salgo hasta estas horas.
La verdad es que cuando yo veo dormir a mis niñas no se me cae la baba, creo que se me cae la vida entera pensando lo frágiles que son y lo mucho que dependen de nosotras.
Es un motivo para luchar ¿no crees?
Espero que hayas tenido un buén dia y otro dia de estos te pondré otro poema igual de hermoso.
Es una forma de decir lo que queremos y hacerlo de manera más bonita que normalmente.
Un besazo Ale

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