Yo siempre he dicho que no soy una persona excesivamente religiosa.
Creo que siempre he pensado que si hay alguién arriba no es demasiado justo, o no lo ha sido con nosotras,y que por eso, tal vez no merecía siquiera que pensara en él,o que creyera en él.
Pero ayer paso algo que ni sé porqué pasó ni podría explicar aunque quisiera, al meno no ahora mismo.
Cerca de mi casa hay una pequeña ermita que siempre está cerrada. Pero si vas por la calle de arriba tiene un gran ventanal desde el que se vé todo el interior.
Yo paso a menudo por allí pero nunca me había parado ni siquiera a mirar.
Ayer llevé a mis hijas a ver a mi madre.Están muy acostumbradas a estar con ella y la echaban de menos,así que decidí llevarlas a verla un rato.
Cuando volviamos a casa pasamos por allí y mi hija la mediana me dijo que si podiamos parar,que quería verlo y echar una moneda para pedir por su abuela.
Así que paramos y echamos esa moneda, y estuve mirando el interior por primera vez.
Es muy pequeño, con unos pocos bancos y una gran figura de un Cristo crucificado que la verdad resalta imponente en el pequeño espacio de la ermita.
Y no podría decir si porque en estos momentos necesito algo que me de fuerzas,si porque simplemente me impresionó, o porque esa figura parece abarcar todo el espacio en medio de un gran silencio, pero reconozco que el estar allí mirando el interior me produjo una extraña sensación, no sé si de paz, de tranquilidad, exactamente ahora no podría describirlo.
Esta mañana cuando he dejado a mis hijas en el colegio no he podido dejar de pensar en lo que ocurrió ayer así que según volvía para casa me he acercado de nuevo.
Seguramente es estúpido, pero son esos momentos en que necesitas hacer algo aunque no sepas el motivo que te lleva ha hacerlo.
Me he parado un rato y he vuelto a echar una moneda.
Puede parecer una locura, pero ver ese pequeño espacio con su cristo crucificado y enorme desde la ventana de la calle, sentir esa sensación de soledad que parece envolverle,me hace sentir a mí como una especie de tranquilidad, como una sensación de que tal vez allì hay algo aunque no sepa el qué.
Sé que no es más que una figura como tantas otras, pero creo que es el conjunto, o tal vez mi propio deseo de encontrar respuestas o tal vez simplemente apoyos, pero necesitaba pasar por allí hoy.
Y sigo diciendo que por primera vez he hecho algo y no podría explicar los motivos, era simplemente como una necesidad.
Así que no voy a buscar una explicación, simplemente será algo que ha pasado porque tenía que pasar en estos momentos, pero que no tiene un motivo concreto.
2 comentarios:
Laura,
Las ermitas, catedrales, lugares de culto en general. Sobretodo cuando están vacios producen una sensación de recogimiento, de calma, de extrañeza del ser humano ante esa hiperealidad. Aprovecha esos momentos de calma, de recogimiento, de encontrarse con uno mismo. Piensa, relájate, llora si hace falta.
Creo que en el pasado los arquitectos, las personas que diseñaron estos lugares fueron extremadamente previsores. Es indudable que afectan el sentir de las personas.
No lo sé pero esta vez voy ha hacerte caso y no voy a buscar una respuesta, simplemente es algo que ha pasado por algún motivo y ya está.
He pasado tantas veces por allí sin pararme que supongo que sería ridículo intentar descubrir porqué ahora lo hemos hecho, o porqué a mi hija le dio por querer ir cuando nunca me había dicho que quería verla.
También es cierto que a mí siempre me han gustado los sitios donde no hay gente, o hay poca, cuando estoy rodeada de gente me agobio mucho, me encuentro fuera de lugar, y puede que eso haya influido.
O puede que sea el momento.
Pero no voy a plantearmelo, te voy ha hacer caso y no buscaré respuestas, porque volver a darle vueltas a la cabeza tampoco me llevaría a ninguna parte ni creo que me ayudara demasiado.
Ahora, si un dia pudieras verla tu, te darias cuenta de que a pesar de lo pequeña que es, por algún motivo impone y mucho.
Un abrazo Ale.
Publicar un comentario