El juego

Todos hemos jugado mucho de crios.
Supongo que a todo el mundo le gusta jugar, y en muchos casos seguimos haciendolo de mayores,cambiando el tipo de juegos,pero buscando con ellos un poco de evasión.
Pues yo suelo jugar a un juego que me inventé hace tiempo.
No es un juego en sí mismo; yo diría más bien que es una busqueda, una manera de intentar dar respuesta a mis preguntas o buscar ciertas soluciones a las cosas.
No sé porque lo hago, puesto que en el fondo es completamente estúpido, pero aún sabiendo que lo es, sigo haciendolo a menudo y no solo haciendolo, sino confiando en que un dia me sirva para acertar.
Es algo muy simple: cada vez que tengo un problema, o que tengo que tomar una decisión y no se que hacer busco algo un poco dificil...por ejemplo, pienso en un hombre con el bigote de punta, y luego me digo; si de aquí a casa veo 20 hombres con el bigote de punta es que todo se va a arreglar, sino es que no se solucionará...o si en el camino entre el colegio de las niñas y mi casa, me cruzo con 30 mujeres que lleven minifaldas de cuadros entonces tengo que hacer esto, sino las veo será lo otro.
Algunas veces me hago unas pocas trampas y busco cosas más fáciles...por ejemplo si mientras estoy trabajando veo pasar a 100 personas hablando con el móvil, entonces es que pasará esto, sino será lo otro.
Ya os podeis imaginar que nunca se cumple lo que pienso.
Vea o no vea a esas 100 personas hablando por el móvil, o a las 20 de la minifalda, las cosas no cambian por ello.
Hace poco me dije a mí misma que sí durante todo el dia me cruzaba con más de 50 calvos, entonces me llamaría alguién a quién hace tiempo que no veo y que me gustaría volver a ver.
No sé cuantos hombres calvos se cruzaron conmigo, pero esa llamada no llegó.
La cuestión es que se trata de una especie de juego, tonto y que no sirve para nada, y que yo sé que no sirve para nada, pero a pesar de ello no puedo evitar seguir haciéndolo.
No podría decir el motivo. Incluso algunas veces creo que lo hago de forma automática, casi sin pensarlo.
Pero he descubierto algo, y es que me sirve para relajarme.
Esa pequeña ilusión, ese dedicarme a contar la gente que pasa a mi lado de tal o cual manera, me hace no concentrarme en otras cosas, evadirme a fín de cuentas.
Supongo que hasta ahí llega mi estupidez algunas veces.
Hasta el punto de confiar en que si consigo ver a esas X personas que me he propuesto, será como una especie de señal, como un mensaje de que algo que quiero va a salir bién.
Puede que de alguna manera necesite decirme a mí misma que un dia algo cambiará.
Ya sé que seguramente nunca me servirá para encontrar las respuestas, ni le serviría a nadie para hacerlo, pero en el fondo, es otra manera de afrontar la vida.