viernes, 7 de diciembre de 2007

El precio de cuatro

Ser madre de familia numerosa no es una cosa facil.
Eso lo sabe todo el mundo que tiene hijos, y cuantos más se tienen más complicado es....
Y no es una cuestión económica (aunque la economía sea uno de nuestros mayores dolores de cabeza), sino es una cuestión de intentar darles a los hijos tantas cosas que necesitan y ayudarles a convertirse en adultos sin traumas y seguros de sí mismos.
Supongo que eso es algo que yo intento hacer aunque a mí no me salga muy bién.
Cada niño tiene sus preocupaciones, sus dudas, sus necesidades, y muchas veces no es facil llegar a cubrirselas de la forma que ellos precisan al cien por cien.
Y me imagino que es más dificil cuando somos nosotros muchas veces los que no tenemos cubiertas nuestras espectativas y nos vemos desbordados.
Todo esto lo escribo hoy porque mi hija pequeña está en esa edad en que todo tienen que preguntarlo, en que todo les parece complicado y se escapa a su entendimiento.
Esa edad en que nuestros hijos son pequeños Einsteins que no son capaces de resolver una ecuación matemática, o pequeños Amudsens perdidos porque de pronto no saben orientarse en ese enorme y frio polo que es su existencia.
Todo les parece demasiado incongruente.
Y a mí mi hija a menudo me hace preguntas que no puedo contestar....
Hoy me ha preguntado si nosotras somos una familia.
Yo le he dicho que sí, que somos una familia.
Pero entonces ella me ha dicho que no, que no podemos ser una familia porque en su cole los niños viven con un papá y una mamá y que si no hay un papá o una mamá entonces las familias se rompen y ya no son una familia.
He intentado explicarle que hay familias en las que solo hay un papá o una mamá y no los dos, porque a veces uno de los dos tiene que irse, pero que a pesar de que uno no esté eso no significa que no la quieran.
Pero creo que no lo entiende.
Porque en su cole los niños tienen papá y mamá. Porque sus mamás y sus papás están juntos y porque los otros niños le dicen que si ella solo tiene una mamá entonces no tiene una familia, solo una mamá y unas hermanas.
Y me estaba preguntando si tal vez en esta vida todo tiene un precio; el buscar ser felices también tiene un precio, y si el precio que yo les estoy haciendo pagar a mis hijas no será un precio demasiado alto.
Porque yo puedo ser su madre pero no su padre, y ni siquiera entiendo a esa gente que te dice que ellos son padre y madre a la vez.
Pues yo soy madre, pero nunca podré hacer un papel que no es el mio...
Nunca podré hacer el papel de padre por mucho que quiera, que no quiero porque no es el papel que yo debo hacer y porque muchas veces ni siquiera soy capaz de hacer el mio a pesar de que mis hijas siempre dicen que esté como esté soy la mejor madre del mundo.
Pero sigo pensando que tal vez el precio que tenemos que pagar por intentar vivir un poco felices sea demasiado alto.
No para mí, porque yo como adulta tomé mis propias decisiones, sino para ellas que se vieron embarcadas en una situación que les planteó la vida pero en la que no tuvieron responsabilidad ninguna y no pudieron tomar parte.
No fué decisión suya, ellas no opinaron, ni siquiera tuvieron el derecho de acertar o equivocarse.
Yo he intentado todo este tiempo hacer que sintieran que esto sí era una familia.
Que las cuatro somos un todo.
He intentado compartirlo todo con ellas; siempre y cuando fueran cosas buenas, porque las malas, aunque ellas se dan cuenta de que pasan, yo intento que las vivan lo menos posible, o al menos, como cualquier madre, intento darles ante ellas menos importancia de la que tienen.
Pero a lo mejor me he equivocado en muchas cosas.
Y tal vez uno de mis mayores errores haya sido intentar volver ha hacer de esto una familia con un nuevo miembro sin pensar que si pasaba algo, como ocurrió, ellas serían de las más perjudicadas.
Es complicado saber como hacer las cosas.
Todos nos equivocamos muchas veces en esta vida; todos hacemos cosas que tal vez no debimos hacer aunque en su momento pensaramos que eran las más acertadas.
Pero me pregunto si nuestros errores deberian salpicar a los seres a los que más queremos.
Si es justo que ellos tengan que pagar el precio también por aquello que nosotros decidimos.
Y si algún dia mi peque entenderá que nosotros somos una familia.
No la familia perfecta, la ideal, la que ella ve en sus compañeros.....pero una familia de otra manera.
El problema puede estar en que mi hija necesita algo que yo no puedo darle...
Necesita esa figura paterna que ella realmente nunca ha tenido.
Porque es gracioso pensar que tiene un padre con el que nunca ha tenido una relación de padre y que la única persona que le dio ese cariño se nos fué demasiado pronto.
A veces me pregunto porque la vida es tan complicada, o porque se complica tanto por mucho que nosotros intentemos que no sea así.
Y me pregunto en qué me estaré equivocando para no ser capaz de hacer que mi hija tenga todo aquello que necesita, no materialmente, sino sentimentalmente.
Para conseguir que mi pequeña no tenga que preguntarse porque ella no tiene una verdadera familia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Son cosas de niños. Y ahora se hace muy difícil entender. La sociedad está cambiando, tener un padre, dos madres, dos padres, sólo una madre es normal. Además tenéis una gran familia de 4 mujeres.

No sé, tú intentaste darle una figura de hombre en casa y por alguna razón se truncó, de eso no está libre nadie. Todos queremos que nuestra vida sea como ese cuento de principes y princesas, pero no te amargues, hay muchas historias preciosas por contar. Tú haces lo que puedes y poquito a poco todo se aclarará, ya verás. Es normal que te preocupes, no te angusties. Que reine la felicidad en la casa de las 4 mujeres.

Buenas noches Laura.

Laura dijo...

buenas noches Ale.
La verdad es que yo sé que mi hija es muy pequeña para entender ciertas cosas, y que cuando ella ve que nuestra vida no es como la de los niños que conoce no puede entenderlo, pero no puedo evitar pensar que algo he hecho mal.
Y seguramente es más el no haber sabido explicarle las cosas.
Pero tal vez muchas veces, al menos en mi caso, no he sabido medir hasta que punto ellas también sufrian las consecuencias de lo que pasaba, y es cuando te pregunta una niña de cinco años y te da su visión de la realidad cuando empiezas a darte cuenta.
Puede que algunas veces seamos un poco egoistas ¿no crees?.
Pensamos en lo que sentimos nosotros y no nos planteamos que tambien ellos pueden estar sufriendo, o que pueden estar necesitando algo que no tienen.
Te puedo asegurar que yo tengo tres hijas estupendas y a las que las debo mucho porque me han apoyado siempre en los momentos malos,pero a lo mejor no he podido darles precisamente todo lo que se merecian y eso me preocupa.
Puede que ese sea uno de los motivos principales para querer ponerme bien, poder empezar a darles todo lo que no les he dado hasta ahora, aunque lo que nunca podré darles es un hogar "tradicional", eso se que es imposible, pero al menos intentar estar bien para suplir en parte las carencias que puedan tener.

Que descanses.

Datos personales

Seguidores