confesiones íntimas

"El sufrimiento solo conoce dos caminos;
el camino de la locura o el camino de la esperanza"
- Ghandi-

Realmente yo no sé cual de esos dos caminos he elejido.
No sé si soy una "cuerda, loca" o una "loca, cuerda"
Pero tengo claro que el sufrimiento, en cualquiera de sus variantes, siempre destruye a las personas, o al menos a una parte de las personas.
Pero tal vez a mí el sufrimiento me enseñó algo, y es que las personas que han sufrido mucho aprenden también a valorar más las cosas pequeñas,aquellas a las que normalmente no se les da importancia.
Supongo que cuando has recibido muchos golpes valoras más un abrazo; cuando has vivido a oscuras le das más importancia a un pequeño rayo de luz, cuando has llorado mucho agradeces más una sonrisa.
Y no solo lo agradeces, sino que te agarras a ello con más fuerza, tal vez por el temor de volver a perderlo.
Y aprendemos también a mirar a los demás de otra manera.
A valorar lo que es realmente hermoso en las personas; a buscar en su interior y preocuparnos menos por las apariencias.
Buscamos más el contenido y menos el continente.
Buscamos el corazón por encima de cualquier otra cosa.
Mi médico me dijo una vez que nos volviamos más sensibles.
Yo no sé si más sensibles, pero tengo claro que aprendemos a valorar lo que realmente merece la pena y tengo claro que aprendemos a amar no lo que perciben nuestros ojos, sino lo que percibe nuestra alma.
Aprendemos a amar aquello que los demás guardan.
Aprendemos a buscar dentro, muy dentro, allí donde se encuentra lo realmente bello.
Y principalmente buscamos en los demás lo que son, no lo que tienen, porque al final lo que cada uno es,es lo realmente importante.
Y buscamos no alguién rico, ni guapo, ni con un buen coche o una buena cuenta corriente,no buscamos a alguién con muchos títulos colgados de su pared...buscamos alguién bueno.
Rico o pobre, alto o bajo, con cualquier trabajo o con cualquier situación...pero bueno, por encima de todo y ante todo,solamente bueno.
Y especialmente buscamos alguién que nos haga sentir felices y que nos de todo aquello que no hemos tenido, pero que muchas noches, en silencio, hemos soñado.