Abrir una ventana y dejar
que las lágrimas entren,
soñarte aunque no quiera,
pensarte aunque me duela,
y morir lentamente.
Buscar en cada instante tu mirar
allá donde me encuentre,
sangrar sin una herida,
sufrir toda una vida,
y no poder tenerte.
Porque esta indiferencia
que se plasma
en cada pensamiento,
es como cruz de bronce
donde clavas
todas mis ilusiones,
no dejar de esperar
que tu me esperes,
vivir una agonía
que es tan lenta
como frases sin voces.
Abrir una ventana y dejar
que las lágrimas entren,
quererte sin motivo,
sentir que no estás vivo
y no querer perderte.
Sentir sin sentimientos
que se agotan,
vivir sin un motivo,
y ver como se muere
lo que nace
sin ser correspondido.
No existe en este amor
cordura alguna,
¡pero aún así
es tan mío!
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