viernes, 16 de agosto de 2013

FLORES SOBRE TU TUMBA

Dejé morir las flores de mi alma
sobre tu blanca tumba,
tenían que fundirse con tu nombre
y ser parte de tí,
pasar a recordarme que lo bello
también puede perderse,
y enseñárme que todo está abocado
sin querer, a morir.
Dejé que aquellas flores que mis manos
arrancaron silencio,
quedaran silenciosas para siempre
sobre la piedra gris,
diciéndome a mí misma en un instante
que todo al fín es nada,
que un día cuando Dios así lo quiera
yo volaré hacía tí.
Pero al volver mis pasos y marcharme
de nuevo hacia mi nada
tal vez era mi mente, no lo niego,
yo juro que te oí,
diciendo en un susurro entre la tarde
"no me dejes más flores,
no hace falta, que un trozo de tu alma
se queda siempre aquí".
Y me senté de nuevo sobre el frío
calor de aquella piedra,
mirando en el silencio ese vacio
que inunda todo allí,
y comprendí que piedras con grabados
son solo lo que vemos,
pero que nada puede hacer que deje
de ser tu y tu de mí.
............................................................
Existe en este amor fuerza que eterna
jamás ha de morir.



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